Marina regresó a su oficina, su mente aún estaba ocupada con la conversación que había tenido con Gavin, sentía que él no lo había tomado bien, pero ella se sentía terrible teniendo tanta comodidad y que sus amigas Ana y Marisol se vieran en tantas dificultades económicas, con un bebé, y con el corazón roto. Sabía que si le pedía dinero a Gavin para ellas se los daría, pero de esa manera no era lo mismo. Marina pensaba que si quería hacer un favor debía hacerlo ella, entonces decidió usar el dinero del contrato que firmó con Gavin, pero ahora dudaba de su decisión, quizás era muy pronto, quizás ahora que el clan pasaba por tanto juicio no debía. Ya se había extralimitado de por sí. Al abrir la puerta, encontró a Maggi esperándola, con una expresión de preocupación en su rostro. — ¿Me han llamado de la empresa de bienes raíces?” preguntó Marina, tratando de mantener la calma. Maggi, nerviosa, negó con la cabeza mintiendo. —No señora, no han llamado. —Qué rar
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