No seguimos hablando porque llegamos a la parte de arriba donde todo es un caos, balas y heridos por todos lados, los hombres de Reece y mi padre peleen contra los de Francisco, pero yo necesito hacer algo antes, así que me detengo cuando Reece nos quiere sacar de la casa.—No, no pienso irme hasta que no vea con mis propios ojos a tu maldito padre muerto, ese bastardo me debe mucho —Él me observa y aprieta la quijada con fuerza.—¿Te tocó?, ¿ese cabrón lo hizo? —No digo nada, recordar eso es asqueroso —¡Maldito, desgraciado, lo voy a matar! —dice alejándose y dejándome sola.—¡Reece, no, no puedes hacer eso! —digo caminando para alcanzarlo, lo veo detenerse para voltearse y verme con furia.—¡¿Por qué no?!, ¡Es un bastardo que no debería estar vivió, toco lo que es mío, te lastimo!—¡Lo sé, y créeme que quiero verlo muerto, pero ese derecho es mío, no tuyo, él es mío! —gruñe tomando su móvil para llevarlo a su oreja.—¿Dónde estás?, ven ahora mismo, tenemos cosas que hacer —Cuelga cl
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