109. MI CONDENA - 2.
POV. DANTE.— Carajo, Mila.— No se que esta pasando, pero yo también lo quiero…Y entonces sus labios, esos preciosos labios soltaron las palabras que hicieron que mi mente se desconectará por completo de mi cuerpo.Me prendí de ella, de su cintura, de sus nalgas, de sus pechos, los bese, masajee y mordí, sus pezones eran como dos copos de azúcar, deliciosos, suaves, no quería liberarlos, y cada vez que su espalda se arqueaba para que yo pudiera tomar más de ellos, mi mente viajaba a la luna y regresaba. Las palabras parecían innecesarias, insuficientes, aparatosas y desgastantes, yo solo quería hundirme y fundirme en esa chica.Desde que tenía unos 13 años y al vi con su primer bikini en casa de la tía Loren, mi mente no fue la misma, sus piernas, sus pequeños pechos, día a día estuve allí viendo cómo su cuerpo cambiaba y el mío también, mi primera erección fue por ella y la primera vez que me masturbe también.Pensaba constantemente en sus ojos, sus labios, sus piernas, verla nada
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