Brandon. Boston, 2024, Apartamento de Brandon. Solo prendía esquivar el golpe, y tratar de razonar con ella, y eso a pesar de que ese maldito olor que desprendía, a pesar de esa ropa que llevaba, la camiseta de asillas negra indecente, y los vaqueros ilegalmente estrechos, que ninguna ayudaba. La primera vez que la inmovilicé me cuidé, y mucho, de no apoyar mi cuerpo en el suyo, y no por dañarla, esa mujer era lo bastante fuerte como para soportar mi peso, el problema era que el tacto de ese cuerpo, con el mío podían provocar en mí, eran un problema muy grande, que no podía asumir, y menos en mi estado. Pero la explosividad de esta maldita Lunática no ayuda a que mi mente se calme y reaccione con tranquilidad, sin antes no acabar, al menos, con algunos moratones, o alguna lesión de moderada consideración. Justo por eso cuando unas malditas desafortunadas palabras por mi parte, ante la sorpresa que me produjo, el cambio tan extraño que había sufrido esta b
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