ESTEBAN — Señor, yo no… — Ahórrate las excusas, has estado robando a la compañía y si presento esto, lo mínimo que te van a hacer es demandarte y pedirte una cifra millonaria como compensación o, irás a la cárcel. — ¡Fue solo una pequeña cantidad, lo iba a devolver, no es necesario meter a la policía en esto, por favor Sr. Bishop, llevo años trabajando para ustedes! – me levanto alterado y asustado. — Lo sé Esteban, eres un hombre leal y por eso quiero ayudarte, de verdad, pero ya solo no depende de mí, sino que hay más directivos que lo saben – me dice dándole una calada a su puro. — Pero siempre las cosas se hablan mejor después de relajarse y disfrutar de una buena noche, ¿no crees? Agrega y esas palabras resuenan en mi memoria, fue lo mismo que me dijo cuando me propuso el ascenso a cambio de acostarse con mi criada, que no era más que Amalia. — ¿Qué… qué quiere decir? — Eres un hombre inteligente, Esteban, tienes una hija bonita, creo que ella puede convencer a lo

AJAXNi siquiera llego al número uno cuando el buen padre toma ventaja y se abalanza con el cuchillo afilado desenvainado sobre el director.— ¡Aaahhh, maldit0 traidor! – gritó cuando a penas por un segundo se libró de una mortal estocada y salió herido en el brazo.Entonces la lucha a muerte dio inicio. Ambos sobre el claro de nieve blanca que pronto se empezó a teñir de sangre.Ni siquiera tuve que incitarlos mucho y es que ambos se guardaban demasiadas cosas.— ¡Por tu culpa me he metido en este problema!— ¡¿Ahora es mi culpa que te quisieras follar a Amalia, como te violaste a mi mujer y a mi hija, maldit0 asqueroso?!El buen padre se abalanzó con todo sobre su jefe, que estaba más herido.Su peso lo volvía más lento, tenía más superficie por donde atacarlo, sin embargo, no dejaba de ser un viejo zorro.— ¡AAAAAAHH! – El buen padre retrocedió con la mano en el ojo derecho de donde salía sangre sin cesar.Se podía ver entre sus dedos una profunda cicatriz desde la frente hasta la

AJAX— Esta casa y todo lo que contiene, pertenece ahora a Amalia Gray como parte de la herencia que debió haberle sido entregada desde los 18 años. — La cifra ascendía a casi medio millón de dólares y es obvio que esta casucha no lo vale, lo siento, pero alguien debe pagar lo que le deben a mi mujer.Les aviso lo que será su próximo destino, trabajar en una de mis peores minas por un salario que les descontaré, por supuesto.En un sitio inhóspito, duro para sobrevivir y con todo lo que deben, saldrán de ahí peinando canas, si es que sobreviven.Veremos si le quedan ganas de seguirle robando a una infeliz para irse de día de spa. Sonrío con sarcasmo disfrutando del momento.— ¡Medio millón de dólares! ¡Eso es mentira! ¡Mi marido, él… él es quien malversó todo, nosotros no sabíamos de eso! ¡Cóbrele a él! – me grita la mujer y sé muy bien que miente, su nerviosismo y mirada esquiva me lo dice.— Claro que se lo cobré, por eso desconté algo del dinero, no creo que su vida valiera mucho

AMALIAIntento no parecer demasiado ignorante, pero es inevitable subir la cabeza hasta que el cuello me dolió un poco.¡Nunca había visto un barco tan grande y lujoso!— Estás babeando la blusa, pequeña.Ajax me susurra al oído y enseguida cierro la boca y bajo la mirada para darme cuenta de que solo me tomaba el pelo.Escucho su risa baja y ronca a mi lado.Miro a mis pies con las mejillas en llamas, pero un suave beso cae sobre mi cabello.— No te enojes, solo quería bromear con mi dulce Luna, cariño, eres demasiado linda – me dice y observo sus hermosos orbes verdes sonrientes.Lleva una camisa blanca de lino y unos pantalones color caqui, relajado y juvenil.Con su cabello oscuro revuelto de manera sexy, por la brisa marina del embarcadero y es obvio que llama la atención de las mujeres.Las veo comiéndoselo con los ojos sin recato, mientras caminamos por un puente elevado sobre el mar.— Aprovechemos para disfrutar unos días relajados a bordo del Meredith, un crucero muy exclusi

AJAX — ¡¿Qué sucede?! ¡Amalia! ¡¿estás bien?! – sostengo a mi mujer, porque veo que se lleva la mano a la cabeza, temblorosa. — Sí, sí, solo siento un poco de mareo, la cabeza me comenzó a doler – susurra contra mi pecho mientras la agarro por los hombros. — ¡¿Qué le hiciste?! ¡Si dañas a mi hembra, no te imaginas las consecuencias! – la amenazo con los caninos afuera. Mi lobo listo para atacar. — Tranquilo Alfa, tranquilo, no le hice nada – me responde esa mujer, limpiándose el sangrado de la nariz. Está pálida y parece muy agotada. — Su pareja está hechizada y es un conjuro demasiado poderoso y agresivo, por eso reaccionó así – me explica tosiendo un poco. — Lanzar algo tan letal y complejo, conlleva un sacrificio de muerte. Quien sea que lo haya hecho, murió en el proceso. Nos dice, dejándonos cada vez más intrigados. — ¿Quién lo hizo? ¿Sabes por qué? – Amalia le pregunta ansiosa. Escucho su corazón latir fuerte con nerviosismo. — No tiene un sello de una hechicera qu