Todos los capítulos de Belleza maldita: La luna fea del alfa: Capítulo 11 - Capítulo 20
201 chapters
11. Sangre de nuestra sangre
NicklausMuy pocas cosas me dejan sin palabras, pero desde que conocí a Penelope y hemos estado viviendo juntos por casi dos semanas, podría decir que se ha vuelto casi una costumbre que me deje callado.Todavía no puedo borrar de mi mente la manera en que tomó mi mejilla, la forma en que me miró y me dijo sin ningún tipo de burla que le parecía atractivo. No, absurdamente atractivo y aunque quiero creer que solo estaba burlandose de mí, en el fondo sé que no es así.Ahora me encuentro como un adolecente nervioso esperando a que ella salga de la habitación para ir a la m4ldita fiesta, pues aunque no tengo ni el más mínimo entusiasmo por asistir, debo aceptar que este es un buen momento para saber qué demonios trama mi hermano y si aún cuento con alguno de los hombres que me eran leales, por lo que se puede decir que es un mal necesario.Miro la hora en el reloj de pared y decido que es suficiente, se supone que debimos haber salido de aquí hace quince minutos y ella aún no sale de la h
Leer más
12. No es una sugerencia, es una orden
PenelopeOdio ser el centro de atención y ahora mismo, mientras veo como Nicklaus se aleja, puedo sentir las miradas curiosas y burlonas de la gente puestas en mí. Solo espero que el tal Blake regrese pronto.Mis ojos se pasean por el lugar viendo como las chicas hermosas que fueron robadas de sus hogares sirven bebidas y empujan carritos mientras todo el mundo actúa como si nada pasara, como si esto estuviera bien.Estoy a punto de alejar la mirada, cuándo mis ojos se topan de frente con uno de los rostros que hace parte de mis pesadillas y en el instante en que este me sonríe, siento que la sangre abandona por completo mi rostro.—No, no… No puede ser real. no aquí—susurro, mientras siento como el miedo empieza a expandirse en mi interior, porque, aunque no quiera aceptarlo, sé que ese es el hombre que me atacó el día del entierro de mi padre.Sin saber qué más hacer doy media vuelta y empiezo a alejarme lo más rápido de que puedo, moviéndome entre el gentío, tropezando con esas mism
Leer más
13. MIENTES
NicklausUn desastre, eso es lo que fue esa estúpida fiesta. Desde la revelación de los planes de mi hermano, hasta el ataque que le hicieron a la chiquilla, cosa que espero que me explique ya, pues si tiene enemigos necesito saberlo.Ahora vive en mi casa, joder, y ya tengo suficiente con mis propios demonios para tener que cargar con los de ella.—Muy bien, empieza a hablar—le digo a Penelope que se encuentra sentada en el sillón de la sala con una bolsa de hielo contra su mejilla.No paso por alto la forma en que traga saliva nerviosa, ni como sus manos tiemblan y rehuye de mi mirada. Y lo peor de todo es que no sé qué es lo que más me molesta de toda esta situación, si es el hecho de que no me haya dicho que hay gente que la busca, o el hecho de que le hayan puesto la mano encima.No voy a mentir y decir que siento algo por la mujercita, porque no es así. No soy un macho sentimental, y si he de sentir algo solo es rabia y sed de venganza. Sin embargo, soy un lobo y ella fue entr
Leer más
14. Yo soy su mujer
PenelopeMe odia. Por un momento pensé que estaba avanzando, que ya Nicklaus no me veía como el enemigo, y cuándo me defendió en la mansión sentí que las cosas podían ser diferentes entre nosotros. Mejores. Pero está claro que me equivoqué.Por eso he decidido volver a mi idea inicial : Necesito buscar la manera de irme de aquí. Abandonar la manada para siempre.Como cada mañana se que Nicklaus no estará en la cabaña, por lo que me apresuro a hacer el desayuno como cada día, lo último que quiero es levantar sospechas y luego de dejarlo tapado en la mesa agarro una canasta y me encamino hacia el bosque, justo a donde debe estar la frontera.El sol no ha terminado de salir por lo que aún está oscuro y eso solo hace que mis nervios sean aún mayores, pero no me detengo. Camino y voy marcando con una piedra algunos árboles para saber el camino regreso.No es hasta que el sol me pega de lleno en el rostro que me doy cuenta que ya he caminado demasiado.—Bueno, esto debe ser suficiente por h
Leer más
15. No te quieras pasar de lista, niña
Nicklaus—¡Penelope!—grito por centésima vez en el bosque sin tener una respuesta.Esa niña va a matarme de una rabia.Llevo todo el bendito día buscándola por el bosque después de que no regresara a la casa para la hora del almuerzo, ahora son más de las cinco de la tarde, está cayendo un aguacero torrencial y ella sigue sin aparecer. Ni siquiera encuentro un rastro de su olor.¿Se habrá ido de las tierras de la manada? Por alguna razón la simple idea hace que un sabor amargo se forme en mi boca y el recuerdo de la discusión en la terraza de la cabaña regresa a mi como un torbellino.Malene llorando en el suelo, la chiquilla de pie enfrente de ella, yo gritandole, amenazando con cortarle las manos.Puedo aceptar que tal vez se me fue un poco la mano, pero ella fue quién golpeó a Marlene y eso no lo pienso permitir. Mar ha sido mi amiga desde hace muchos años y luego de mi exilio es la única que se atrevió a seguirme viendo, la única que no me dio la espalda. Ella y Micka son lo má
Leer más
16. No eres bienvenida en esta casa
PenelopeUna tonta, eso he sido. ¡Cómo pude haber usado mi poder!Si hay algo que he ocultado incluso con mayor fuerza que mi aspecto físico, es mi poder. Mi padre nunca pudo explicarme cómo es que, aún siendo tan pequeña, podía hacer cosas que otros lobos no.Como hacer hechizos. O como tenía poderes que sólo poseían los lobos más fuertes, como lo que hice a Nicklaus. Ahora mi padre ha muerto y supongo que nunca sabré la verdad, pero sé que por mi propio bien, lo mejor es que nadie lo sepa.Los últimos dos días prácticamente me he encargado de huir de Nicklaus. Si él está en la cocina, entonces me vengo a la habitación, si él está en la terraza me voy a la cocina y nunca, pero nunca, duro más de 30 segundos en el mismo lugar que él. La única vez que lo hice este intentó tocar el tema.Sin embargo, hoy he tenido un poco de paz. Me desperté y no había ni rastro de Nicklaus, lo que me hizo saber que volvió a su rutina de salir a cazar en las mañanas y para mi suerte el pequeño Micka ha v
Leer más
17. No te abandoné
NicklausLo primero que noto al regresar a la cabaña, con la caza del día, es el humo que sale de la chimenea, lo que me hace saber que Penélope debe estar en la sala, y lo segundo que noto es que hay un macho con ella.De inmediato todo mi cuerpo se tensa y la sola idea de que esa mujercita se haya atrevido a llevar a un macho a la casa aprovechando que no estaba hace que la rabia se despierte como un maremoto en mi interior.Sin pensarlo dos veces termino de acortar la distancia hasta la entrar y en el segundo que el sonido de su risa llega a mis oídos me quedo paralizado. Ella nunca se ríe conmigo. Joder, si en los últimos días ni siquiera me mira, mucho menos me habla que pare decirme que la comida está puesta.La rabia da paso a algo más, algo nuevo y que no consigo descifrar y tampoco quiero hacerlo, ahora mismo solo quiero ver con mis propios ojos lo que esa mujer se atrevió a hacer.En dos pasos llego hasta la puerta de entrada, escuchando como las risitas se hacen cada vez más
Leer más
18. ¡NO PUEDES AYUDARME!
PenelopeLa mañana siguiente voy directo a la cocina para hacerme el desayuno, pues luego de la discusión que tuve con Nicklaus me negué completamente a salir de la habitación, incluso cuándo él llegó a tocarme la puerta para pedirme que cenara.No puede tratarme mal y luego fingir que le importo.Sin embargo, en el instante en que llego a la sala me quedo paralizada, pues ahí, sentado en el sillón y con un montón de libros esparcidos en la mesa de centro, se encuentra Nicklaus. Por un instante pienso en regresar al cuarto, pero entonces me doy cuenta que parece estar susurrando algo mientras se agita y decido acercarme. Es ahí cuándo me doy cuenta que está dormido, pero por los gestos que hace y la manera en que su frente está perlada en sudor, sospecho que está teniendo una pesadilla.La indecisión se hace presente y termino mordiendo el interior de mi mejilla sin saber qué hacer, pero en el momento en que lo veo agitarse mucho más mientras niega con la cabeza, ya no puedo soportarl
Leer más
19. ¡Ella no va a morir!
NicklausAlgo no anda bien.Me despierto con una sensación de angustia en el pecho que no tiene nada que ver con la pesadilla que tuve antes. Esa de la que me despertó Penn…Todavía puede recrear en mi mente sus ojos preocupados y la sensación de sus manos en mi rostro.Ella me toca con tanta naturalidad que a veces no puedo asimilarlo. Ni siquiera Marlene se ha atrevido alguna vez a tocar a mi rostro o a decir que mi marca no es un problema.Me sacudo esos pensamientos y salgo de la habitación sintiéndome pesado, preocupado y todo incrementa cuándo llego a la sala y veo la puerta de la calle abierta de par en par, pero no hay rastro de Penelope.Una sensación extraña empieza a formarse en mi pecho y el sentimiento de miedo, que hace mucho no siento se acrecienta en mi interior cuándo salgo de la cabaña y activo todos mis sentidos de lobo. Entonces lo escucho, los gritos de Micka y Penelope a la lejanía y sin siquiera dudarlo corro directo a donde las voces se encuentran.—¡Penelope! ¡M
Leer más
20. Solo quiero ser libre
PenelopeLa cabeza me duele tanto que siento como si alguien me la estuviera taladrando ahora mismo. Trato de abrir los ojos, pero no lo consigo sino a la tercera vez que lo intento y cuando lo hago me toma un segundo darme cuenta que no estoy en mi habitación.Mis ojos recorren el lugar y la respiración se me queda atascada en la garganta cuando me topo con un par de ojos grises viéndome desde la esquina de la habitación.—Nicklaus…—digo en un susurro, y mi voz se escucha pastosa—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? ¿Qué pasó?—Cinco horas—me contesta y no lo puedo creer.Los recuerdos están borrosos en mi mente luego de haber sacado a Micka del río y… ¡Oh por la luna!—¡Micka!—grito intentando ponerme en pie, pero la debilidad hace que me maree y al segundo siguiente siento un par de manos sosteniéndome de los hombros y haciendo que vuelva a recostarme.—No estás en condiciones de levantarte—me dice, su voz es dura, pero no cruel como lo ha sido en los últimos días—El cachorro está bi
Leer más