Hola holaaaaa! Aquí les dejo un nuevo capítulo, cariñitos. No se si les gusta, porque no me dicen nada, pero espero que si.
PenelopeLa mañana siguiente voy directo a la cocina para hacerme el desayuno, pues luego de la discusión que tuve con Nicklaus me negué completamente a salir de la habitación, incluso cuándo él llegó a tocarme la puerta para pedirme que cenara.No puede tratarme mal y luego fingir que le importo.Sin embargo, en el instante en que llego a la sala me quedo paralizada, pues ahí, sentado en el sillón y con un montón de libros esparcidos en la mesa de centro, se encuentra Nicklaus. Por un instante pienso en regresar al cuarto, pero entonces me doy cuenta que parece estar susurrando algo mientras se agita y decido acercarme. Es ahí cuándo me doy cuenta que está dormido, pero por los gestos que hace y la manera en que su frente está perlada en sudor, sospecho que está teniendo una pesadilla.La indecisión se hace presente y termino mordiendo el interior de mi mejilla sin saber qué hacer, pero en el momento en que lo veo agitarse mucho más mientras niega con la cabeza, ya no puedo soportarl
NicklausAlgo no anda bien.Me despierto con una sensación de angustia en el pecho que no tiene nada que ver con la pesadilla que tuve antes. Esa de la que me despertó Penn…Todavía puede recrear en mi mente sus ojos preocupados y la sensación de sus manos en mi rostro.Ella me toca con tanta naturalidad que a veces no puedo asimilarlo. Ni siquiera Marlene se ha atrevido alguna vez a tocar a mi rostro o a decir que mi marca no es un problema.Me sacudo esos pensamientos y salgo de la habitación sintiéndome pesado, preocupado y todo incrementa cuándo llego a la sala y veo la puerta de la calle abierta de par en par, pero no hay rastro de Penelope.Una sensación extraña empieza a formarse en mi pecho y el sentimiento de miedo, que hace mucho no siento se acrecienta en mi interior cuándo salgo de la cabaña y activo todos mis sentidos de lobo. Entonces lo escucho, los gritos de Micka y Penelope a la lejanía y sin siquiera dudarlo corro directo a donde las voces se encuentran.—¡Penelope! ¡M
PenelopeLa cabeza me duele tanto que siento como si alguien me la estuviera taladrando ahora mismo. Trato de abrir los ojos, pero no lo consigo sino a la tercera vez que lo intento y cuando lo hago me toma un segundo darme cuenta que no estoy en mi habitación.Mis ojos recorren el lugar y la respiración se me queda atascada en la garganta cuando me topo con un par de ojos grises viéndome desde la esquina de la habitación.—Nicklaus…—digo en un susurro, y mi voz se escucha pastosa—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? ¿Qué pasó?—Cinco horas—me contesta y no lo puedo creer.Los recuerdos están borrosos en mi mente luego de haber sacado a Micka del río y… ¡Oh por la luna!—¡Micka!—grito intentando ponerme en pie, pero la debilidad hace que me maree y al segundo siguiente siento un par de manos sosteniéndome de los hombros y haciendo que vuelva a recostarme.—No estás en condiciones de levantarte—me dice, su voz es dura, pero no cruel como lo ha sido en los últimos días—El cachorro está bi
NicklausSalgo de la habitación con las emociones bullendo dentro de mí. La revelación de Penelope se ha quedado conmigo como un fantasma. No he dejado de recordar todo lo que pasó desde que se desmayó. Su verdadero rostro, tan distinto del que me he acostumbrado a ver, revela la magnitud de su secreto.Todo lo que creía saber se ha fracturado. La rabia y la confusión se entrelazan en mi mente, formando un nudo que no puedo deshacer. La noción de que ha estado escondiendo algo tan crucial me consume, pero no es solo eso. Es el miedo que se agazapa en mi interior, el miedo de lo que mi hermano podría hacer si descubre la verdad y ese miedo viene de la mano de otras emociones que no estoy listo para averiguar.Pienso en lo que ella dijo: “La belleza es una maldición.” Mi mente vuelve a la última conversación que tuvimos, sus ojos llenos de desesperación mientras suplicaba por su libertad. ¿Cómo puedo confiar en ella ahora, cuando ni siquiera confío en mí mismo?Me acerco a la ven
PenelopeNo sé cuántas vueltas le he dado a la habitación de Nicklaus tratando de asimilar todo lo que ha pasado en menos de 24 horas y la conclusión es que estoy aterrada por muchas razones.Para empezar, el hecho de que Nick sospeche que el alfa ya sabe de mis poderes me tiene con los nervios de punta y el que mi verdadera apariencia haya sido revelada me tiene paranoica.En pocas palabras me estoy volviendo loca.Cuando el hambre se vuelve insoportable decido que ya es momento de salir de la habitación y dejar de esconderme. Tomando un respiro profundo, abro la puerta y empiezo mi camino hacia la sala.La escena que me recibe es muy parecida a la que me encontré esta mañana. Nicklaus está sentado frente a la mesita de centro de la sala y decenas de libros se encuentran esparcidos por el suelo y los muebles.Él, al sentirme llegar, levanta la cabeza y por alguna razón cuándo sus ojos grises se topan con los míos me enrojezco por completo.—Lo lamento, no quería molestar—le digo, per
NicklausLas palabras de Penelope tienen un efecto extraño en mí.El hecho de escucharla decir con tanto ímpetu que no quiere o tiene intenciones de acostarse conmigo hace que todo en mi interior se revuelva y una rabia primitiva se empiece a formar en mi interior.No debería importarme. Sé que no tendría porque tener importancia para mí, pero por alguna razón me molesta.—Bueno, puede que no sea un actor de cine, pero tampoco estoy tan mal—le digo, intentando aparentar una calma que no siente, pero sé que algo de mi molestia se ha filtrado en mi voz.Mis palabras hacen que la mujercita enfrente mío abra y cierre la boca sin que una sola palabra salga de ella, al tiempo que un sonrojo intenso se apodera de su cuello y mejillas.Entonces decido que puedo jugar un poco con ella y de paso recuperar un poco de mi orgullo que, siendo honestos, se siente un poco golpeado con sus palabras.—Eso quiere decir entonces que no te parezco atractivo—le digo avanzando lentamente hacia ella, notando
PenelopeLas últimas 24 horas han sido una completa locura. Para empezar me levanté sintiéndome extraña. Sensible, como si no estuviera cómoda en mi propia piel y tuviera las emociones al límite.Luego tuve una pequeña discusión con Nicklaus debido a Micka, pues cuándo me enteré que el niño se había ido nuevamente con Marlene la rabia explotó dentro de mí y por poco me lanzo sobre él.El muy tonto me dijo que había tenido una conversación con la loba y que le había advertido que no podía volver a pegarle al cachorro, pero eso no me alcanza.Además he pasado todo este tiempo casi sin dormir leyendo todo lo que hay en la biblioteca de Nicklaus tratando de buscar algo que me hable sobre qué hechizo pusieron en él que le impida irse, pero no he conseguido nada.Hay que aclarar que al lobo no le ha gustado para nada que haya decidido quedarme. Nada más falto que me pusiera la maleta en la puerta y me empujara fuera de la frontera. Sin embargo, también pude notar la sorpresa en sus ojos ant
NicklausM4ldito infierno.No puedo creer que esto me esté pasando, pero supongo que debí haber puesto más atención a las señales.En toda la semana sentí como el aroma de Penélope era cada vez más afrutado, más dulce, pero quise creer que eran imaginaciones mías y hoy mi lobo interno había estado a punto de saltarle encima en más de una ocasión.Y mejor ni hablar de como ayer la arrinconé contra la pared. De alguna manera mi parte animal se estaba preparando para lo que venía y ahora está ansioso por enterrarse en ella. Por reclamarla.—No, no, est-esto no puede estar pasando—la voz de la chiquilla me hace llevar mis ojos hacia ella.Joder, se ve hermosa. Tiene las mejillas encendidas y los ojos cristalinos mientras que su pecho sube y baja de manera agitada. El hecho de que ella no aparte su mirada de mí no ayuda en nada a la evidente erección que está formándose en mis pantalones.Tomo un respiro profundo para intentar calmarme, pero es una mala idea porque su aroma entra de lleno e