Todos los capítulos de Belleza maldita: La luna fea del alfa: Capítulo 121 - Capítulo 130
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121- ¡Es una trampa!
NicklausUn cuerpo humano.Siento como un escalofrío me recorre el cuerpo por completo. Me acerco con cautela, sintiendo cómo mi corazón late con fuerza en mi pecho. El hombre, porque es claramente un hombre, está tendido en el suelo de la misma manera que el lobo. Su piel es pálida, casi translúcida, y su rostro está congelado en una expresión de absoluto terror. Pero lo más inquietante es que, al igual que el lobo, no tiene sangre. Ni una gota.—No puede ser... —murmura Blake, dando un paso hacia atrás, su rostro reflejando la incredulidad y el horror.Me inclino sobre el cuerpo, tratando de encontrar alguna explicación, algo que me diga qué le pasó a este hombre. Pero no hay nada. Solo esa misma desolación y la terrible sensación de que hemos cruzado una línea que no debíamos.—Esto no es obra de nada que conozcamos —digo en voz baja, mi mente trabajando para encontrar una solución—. Es como si algo... o alguien, lo hubiera drenado por completo.—¿Crees que tenga que ver con la mis
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122. Primer aliado
El aire se siente denso, cargado de una energía oscura que eriza mi piel. Las figuras encapuchadas nos rodean, sus ojos brillando con un resplandor antinatural que me pone en alerta máxima. Blake y yo estamos hombro a hombro, nuestros cuerpos tensos y listos para la lucha que sabemos es inevitable.—¿Estás listo? —le pregunto a Blake, sin apartar la mirada de las figuras que nos rodean. Sus movimientos son lentos, calculados, como si estuvieran disfrutando de nuestra incertidumbre.—Yo te cubro, hermano —responde Blake, dejando que una sonrisa de medio lado asome en su rostro. No es una sonrisa de humor, sino una de determinación, una que comparto porque sé que, pase lo que pase, lucharemos hasta el final.—Muy bien, entonces aquí vamos. Esperemos que la luna esté de nuestro lado —digo, aunque en el fondo sé que estamos en una desventaja peligrosa. No sabemos quiénes son ni de lo que son capaces, pero una cosa es clara: no somos bienvenidos en su territorio.La primera figura se lanza
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123. ¿Qué soy?
PenelopeMe apresuro por el camino que me lleva de vuelta a la mansión, mis pasos resonando en la noche mientras la adrenalina corre por mis venas. El aire es frío y cortante, pero no lo siento. Estoy demasiado centrada en una única cosa: salvar a Tarkin. Mi corazón late con fuerza, casi dolorosamente, mientras mi mente lucha con la certeza de que no llegaré a tiempo.Sé que no soy humana. Soy una loba, una simple omega, o al menos eso es lo que siempre he creído. Pero algo en mi interior, algo que nunca antes había sentido, me dice que soy más que eso. No recuerdo nada claro, solo fragmentos de poder, destellos de algo más profundo y oscuro. Pero ahora no hay tiempo para pensar en lo que soy. Solo hay tiempo para salvarlo.De pronto, algo dentro de mí se despierta, como una chispa encendida por un rayo. Siento una fuerza nueva, una energía que nunca había experimentado antes. Mi mente grita que debo huir, buscar ayuda, pero mi cuerpo se niega a obedecer. No puedo abandonar a Tarkin
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124. Lobo mentiroso
NicklausLa noche es densa y fría, el viento corta mi piel como cuchillas mientras avanzamos a través del bosque. El auto dejó de funcionar en medio del camino, simplemente se apagó y se negó a volver a funcionar, nadie me quita de la cabeza que todo es parte de la magia extraña que usaban los encapuchados.Desde entonces Blake y yo hemos caminado sin descanso llevando a cuestas al niño que rescatamos. Está débil, pero su respiración es estable, lo que me da algo de tranquilidad. Aun así, la inquietud no me abandona. Cada crujido de las ramas, cada susurro del viento me mantiene en alerta. No estamos solos en este bosque, eso lo sé con certeza.Blake camina a mi lado, su mandíbula apretada en una línea tensa. No hemos intercambiado muchas palabras desde que partimos, pero no hace falta. Ambos sabemos lo que está en juego. La diosa Luna me envió en esta misión para encontrar a Penelope y cumplir con sus tareas, pero los caminos que se abren ante mí son cada vez más confusos. No puedo
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125. Hablar con los dioses
NicklausVeo como los hombres de la tribu se ponen en posición de ataque. Son aproximadamente 15 y aunque estén armados, Blake y yo podríamos acabarlos en un parpadeo, pero un baño de sangre es lo último que necesitamos.—¡Eso no es cierto! —responde Blake, su voz cargada de furia contenida—. Lo encontramos en medio del desierto, lo tenían unos locos con túnica. ¡Lo salvamos!El guerrero nos observa con desdén, sin creer una palabra. Los otros se acercan más, sus armas listas para atacar. Siento la tensión en el aire, el borde de la batalla que se avecina, y sé que estamos en una situación desesperada. Necesito hacer que confíen, Utilizar de la mejor manera mis cartas para que nos dejen entrar o voy a perder cualquier posibilidad de que me entreguen lo que necesito para encontrar a Penelope.De pronto, siento como el niño en mis brazos se despierta. Sus ojos se abren de golpe, y su pequeño cuerpo se retuerce en mis brazos. Miro hacia abajo, y me doy cuenta de que está lo suficientem
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126. Vendrán por ustedes
NicklausLa tensión en la aldea se siente en el aire, como una tormenta a punto de desatarse. Los guerreros nos rodean, y aunque han bajado sus armas, la desconfianza es palpable. La anciana me observa con esos ojos penetrantes, y no puedo evitar sentir que ve más de lo que muestra la superficie. Sus palabras resuenan en mi cabeza: "Tú no eres el único que puede hablar con los dioses, lobo."Mi corazón se acelera ante esa revelación. ¿Qué significa eso? ¿Acaso la diosa Luna también les ha hablado? ¿O tal vez están en contacto con otro poder que desconocemos? No puedo dejar pasar la oportunidad de averiguarlo.—¿A qué te refieres con que no soy el único que puede hablar con los dioses? —pregunto, tratando de mantener mi voz firme aunque la inquietud crece en mi interior—. ¿La diosa Luna te habló a ti también?La anciana resopla, como si la mera mención de la diosa Luna fuera una ofensa. Una sonrisa astuta cruza su rostro arrugado, y sus ojos brillan con un conocimiento antiguo que me p
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127. El mal
PenelopeEl viento helado me golpea el rostro, trayendo consigo un aroma metálico que hace que mi estómago se revuelva. No hay tiempo para pensar en ello. Mi corazón late con fuerza, y mis pies se mueven rápidamente sobre el suelo del bosque mientras las sombras se ciernen a nuestro alrededor. Los árboles susurran advertencias que apenas logro entender, pero algo está mal, muy mal.—Margaret, debemos alertar a todos —la voz de Sofía, mi amiga y compañera de batallas, suena urgente a mi lado. Su cabello castaño se agita con el viento, y sus ojos, normalmente llenos de una calma inquebrantable, ahora están llenos de temor—. Presiento que el mal está cerca.Su mano se aferra a mi brazo, buscando consuelo, pero también intentando frenarme.—Lo sé, Sofía —respondo con firmeza, aunque mi voz se siente extraña, como si no fuera del todo mía—. No podemos esperar más. Iré a buscar ayuda en las manadas cercanas.—No puedes salir sola, Margaret —insiste ella, sus ojos brillan con preocupación—. S
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128. Tenemos un trato
NicklausSin siquiera dudarlo dejo que mi poder fluya fuera de mi y lo apunto directo a dónde la sombra se encuentra alcanzando a escuchar un siseo que se parece mucho a un gemido de dolor humano,Sin embargo cuando Blake y yo corremos para alcanzarlo, no hay nada en el lugar, Es como si simplemente hubiese desaparecido.—No tiene sentido—dice Blake.A su lado solo puedo apretar la quijada con fuerza mientras paso la vista por todas las personas que parecen aterradas y se esconden detrás de los guerreros, niños pequeños que no tienen ningún tipo de protección.—No, no lo tiene, pero puedo asegurarte que sea lo que sea va a regresar.—¿Cómo lo sabes? Es posible que lo hayamos espantado y ahora decida ir a otro lugar.Aunque sus palabras tienen sentido, en lo más profundo de mi corazón, sé que no va a ser así.—Mira a tu alrededor, Blake—le digo—Aquí no hay lobos, no hay armas avanzadas, no hay nada que los proteja de verdad, apenas nos vayamos van a regresar.Poco a poco noto cómo el c
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129. No insistiré
PenelopeEstoy corriendo a través de un bosque, los árboles altos y oscuros se alzan a mi alrededor como gigantes vigilantes. Las hojas crujen bajo mis pies descalzos, y la brisa fría acaricia mi piel, pero no siento miedo. A lo lejos, escucho risas infantiles, las risas de los mellizos que he visto en mis sueños anteriores. Me acerco a ellas, siguiendo el sonido como un faro en la noche.De repente, el paisaje cambia. Estoy en un claro bañado por la luz de la luna, y allí, de pie frente a mí, están los mellizos. Sus ojos brillan con un cariño que me resulta familiar, pero no es a ellos a quienes busco. Es al hombre que siempre está con ellos, el que tiene la marca en el rostro.Y ahí está él, parado a unos metros de los niños, su rostro iluminado por una mezcla de amor y tristeza. La cicatriz en su rostro no disminuye su atractivo, al contrario, lo hace aún más enigmático. Sus ojos, llenos de una emoción que no puedo entender del todo, están fijos en mí, y en su mirada siento una pro
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130. Eres mi todo
PenelopeSalgo de la cabaña con el diario firmemente apretado contra mi pecho. Mi mente está hecha un caos, pero hay algo que tengo claro: necesito hablar con Bruno, el hermano menor de Tarkin. Él siempre ha sido más abierto a las posibilidades, más dispuesto a escuchar lo que otros desechan como fantasías. Si alguien puede ayudarme a desentrañar esto, es él.Y no es que culpe a Tarkin por no hacerlo. Él ya ha perdido mucho y es entendible que sienta miedo de volver a fallar.Sin embargo, yo necesito arriesgarme. Tengo que hacerlo o de lo contrario voy a enloquecerme.Camino por la mansión en busca de Bruno, pero al final lo encuentro fuera, sentado cerca de la fogata, con una expresión seria mientras afila un cuchillo. Cuando me acerco, levanta la vista, y su rostro se suaviza un poco al verme.Bruno se parece mucho a su hermano, el mismo cabello rubio, solo que sus ojos son cafés y más risueños.—Penny, ¿qué pasa? —pregunta, dejando el cuchillo a un lado.—Tengo una propuesta para t
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