Todos los capítulos de Belleza maldita: La luna fea del alfa: Capítulo 101 - Capítulo 110
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101. Yo puedo acabarlo
PenelopeEl sonido insistente de golpes en la puerta me despierta de un sueño profundo. Estoy acurrucada contra Nick, y por un instante, deseo ignorar el ruido y volver a perderme en la tranquilidad de su abrazo. Pero la urgencia de los golpes no se detiene, y siento a Nick tensarse a mi lado antes de levantarse.—Voy yo —dice, su voz ronca por el sueño mientras se dirige a la puerta.Abro los ojos, incorporándome mientras me envuelvo en la manta. El frío de la habitación se siente más intenso que de costumbre, una premonición de las noticias que estamos a punto de recibir.Esto no me gusta nada. Mis ojos van al pequeño reloj despertador en la mesita de noche y veo que son las 4:30 de la mañana. Ninguna buena noticia puede darse a esta hora.La puerta se abre de golpe, y un mensajero se queda en el umbral, respirando agitadamente. Su expresión me dice todo lo que necesito saber incluso antes de que pronuncie una sola palabra.Todo mi cuerpo se tensa y Nick me da una mirada de reojo mie
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102. La oscuridad
PenelopeNada más abandonar la sala de reuniones empezamos a movilizarnos, habíamos conseguido armar un plan lo suficientemente sólido como para que todos se sintieran lo más seguros posibles al respecto.Para empezar Lila me ayudará a formar barreras mágicas que protejan la manada y luego nos iremos al aquelarre dónde dejaremos a Micka. Puede que este lugar sea seguro, pero fue de aquí donde Natasha me entregó a Frederick y luego se llevó al cachorro.Nick ha estado más tenso y callado que de costumbre y sé que es porque en el interior sigue sin estar de acuerdo con que me enfrente a Frederick y lo entiendo. Estoy embarazada, llevo a sus hijos, pero sé, en lo más profundo de mi, que debo ser yo.Mientras camino por la manada buscando a Lila una tensión palpable que parece flotar en el ambiente. Nos preparamos para lo inevitable, sabiendo que Frederick no se quedará quieto después de su último golpe. La calma que nos dio por un tiempo fue el preludio de la tormenta, y ahora todos po
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103. ¿Qué otra opción tenemos?
NicklausEl sonido de la batalla retumba en mis oídos mientras avanzamos con cuidado a través del bosque. Cada crujido de ramas bajo nuestros pies parece resonar con fuerza, y me esfuerzo por moverme con la mayor sigilosidad posible. Penelope está a mi lado, su expresión es una mezcla de determinación y preocupación. La guerra está en marcha, y nosotros tenemos una misión crucial que cumplir.Sin embargo, en el instante en que nos alejamos lo suficiente como para que las voces empiecen a desaparecer, sé que debemos buscar la manera de agilizar nuestros pasos para llegar lo más pronto posible.—Peaches, es hora de cambiar, nena.Ella me regala una sonrisa salvaje y hermosa que hace que el corazón me de un vuelco dentro del pecho.—Pensé que nunca lo dirías.Entonces pasamos a nuestra forma de lobo, mi lobo oscuro al lado de su loba blanca y nos movemos con mucha más rapidez hacia el camino que nos llevará a la que antes era nuestra manada.Cada paso que damos siento el peso de la respo
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104. ¡YA NO MÁS!
PenelopeRegresar a la manada en la que crecí genera sentimientos contradictorios en mí.Nos encontramos ocultos en las sombras viendo de frente a la mansión del alfa Frederick y a los 3 guardias que cuidan la entrada, podríamos derribarlos y entrar pero eso encendería todas las alarmas, así que estamos esperando el cambio de turno.Siempre me dije que lo que quería era irme de este lugar y nunca regresar. Ser libre. Sin embargo, mientras observo las calles oscuras de lo que en su momento fue mi pesadilla y mi hogar siento una nostalgia que no pensé posible y por la manera en que los ojos de Nick recorren el lugar sospecho que se encuentra igual.Estiro mi mano y sostengo la suya para dale un leve apretón que consigue que esos ojos que amo con toda el alma se posen en mi.—¿Estás bien?—pregunto y siento que acabo de hacer la pregunta más tonta de todas.Veo como Nick aprieta la quijada antes de relajarla y su mano tira de mí para tenerme entre sus brazos y dejar un beso en la coronilla
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105. Voy a volver a ti
NicklausEl corazón me está latiendo desesperado dentro del pecho mientras espero a que Penelope, Lila y las ancianas salgan de la sala de juntas dónde se han reunido para crear lo que las hechiceras han llamado un recipiente de magia blanca.Todavía no tengo idea de cómo se supone que voy a cargar yo con magia, pero sé que voy a aprovechar cualquier oportunidad que me den para tener a Penélope resguardada t lo más lejos posible de Frederick.Ahora mismo necesito, con todas mis fuerzas, que esto funcione.—Vas a hacer un hueco en el suelo—la voz de Blake hace que suelte un gruñido y le lance una mirada de irritación, pero este ni siquiera se inmuta.—Déjame en paz.Puede que estoy desquitando mi frustración y desespero con él, pero sé que Blake sabe exactamente lo que me pasa y que si me está presionando es justamente para que saque todo. Nuestra amistad siempre ha sido así.Escucho como Blake deja salir un suspiro y al segundo siguiente siento su mano apretar mi hombro consiguiendo qu
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106. No pienso fallar
PenelopeEl tiempo parece haberse congelado desde que Nick y Blake salieron del aquelarre. Me siento atrapada en un ciclo interminable de ansiedad y desesperación, con mi mente constantemente retrocediendo al mismo pensamiento aterrador: ¿está Nick a salvo?Ni siquiera el hecho de que varios de los hechiceros, esos que casi no salen, los hayan acompañado me deja tranquila.Camino de un lado a otro en la pequeña sala que me han asignado, incapaz de encontrar consuelo. La imagen de Nick enfrentándose a Frederick sigue repitiéndose en mi cabeza. No quiero que esté solo en esto, pero sé que no tengo otra opción. La responsabilidad de cuidar a nuestros cachorros me pesa más que cualquier otra cosa.—Penelope, ¿quieres salir a tomar un poco de aire? —Lila me interrumpe, asomándose por la puerta con una sonrisa suave pero preocupada.Asiento, intentando disimular la angustia que amenaza con desbordarse. Agradezco que Lila esté aquí; su presencia me brinda un poco de paz en medio de este caos
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107. Voy a acabarte
NicklausTal como lo sospecha, Frederick no se encuentra en ninguna de las zonas de batalla que se están dando con las manadas. Su localización me inquieta; un terreno baldío, no tan alejado del aquelarre como hubiera preferido. El sol está comenzando a ocultarse en el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y púrpura que deberían ser hermosos, pero que ahora sólo añaden una capa de surrealismo a la escena.Blake camina a mi lado, su presencia sólida como siempre, y me recuerda la gravedad de lo que estamos a punto de enfrentar.—Esto parece una trampa —dice Blake, su voz apenas un murmullo, pero lo suficientemente clara para perforar el silencio que nos rodea.—Lo sé —respondo, con el corazón acelerado y la mandíbula apretada. Cada músculo de mi cuerpo está tenso, preparado para lo que sea que nos espera. La adrenalina corre por mis venas, mezclándose con el miedo que trato de reprimir. No puedo permitirme el lujo de dudar ahora—. No te separes de mí, ni tú ni los hechice
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108. ¡Esto termina ahora!
PenelopeUnas horas antes Dejar que Marissa me lleve con ella es una de las cosas más difíciles que he hecho y debo admitir que, a pesar de mi valentía inicial y la resolución de que debo sacarla de la manada para que no lastime a nadie, estoy sintiendo como el miedo aflora dentro de mi, en especial cuándo veo que empezamos a sumergirnos en el bosque.En mis adentros solo puedo rezar porque Lila esté siguiendo mi rastro.Mi hermanastra me hace caminar por el bosque. La noche parece más oscura mientras nos alejamos cada vez más del aquelarre. Su mano me sujeta con fuerza, casi dolorosamente, y el camino se vuelve cada vez más estrecho y sombrío. Mientras avanzamos, no puedo evitar preguntarme si he cometido un error al decidir acompañarla. Me prometí que haría cualquier cosa para proteger a los míos, incluso si eso significaba caer en una trampa. Solo espero que Lila haya entendido mi mensaje y esté siguiendo mi rastro.—¿Adónde me llevas? —pregunto, mi voz cargada de sospecha. Inten
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109. Debo hacer esto
PenelopeMientras Lila y yo nos acercamos al campo de batalla, el vínculo con Nick se hace cada vez más fuerte, tirando de mí como una cuerda invisible. Siento su agotamiento y su lucha, y mi corazón se acelera con cada paso que doy. El aire está cargado de magia y el olor acre de la batalla. Mis pensamientos son un torbellino de miedo y esperanza.Prometí que me mantendría segura, pero aquí estoy, incapaz de resistir el tirón del lazo que nos une.Finalmente, entre el caos, nuestros ojos se encuentran. Veo el miedo en los suyos, una emoción que me atraviesa como una daga. Nick grita mi nombre, y sin dudarlo, corro hacia él. La risa burlona de Frederick resuena en mis oídos, llenando el aire de una amenaza que me envuelve.—Oh, no puedo creerlo, ¡pero si el premio gordo acaba de llegar!—Ignoro sus palabras burlones y me concentro únicamente en Nick.Mis ojos lo recorren de pies a cabeza dándome cuenta que está más agotado de lo que le gustaría admitir, tiene un corte grande en uno de
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110. Es una niña
NicklausPor un instante siento que estoy paralizado en mi lugar, mientras que la voz de Lila y los gritos de Penny se quedan en segundo plano. Lo único en lo que puedo pensar es en los bebés. Ya vienen… Pero es demasiado pronto, todavía faltan dos meses y medio… Es muy pronto.—No pueden venir—digo entonces y Lila me lanza una mirada irritada.—Pues no creo que haya opción, Penny ha roto aguas, ¡hay que tratarla de inmediato!Solo entonces mis ojos viajan hacia abajo y puedo ver toda la entrepierna mojada de peaches, mientras que un gemido de dolor sale de sus labios. Eso es como si hubiese encendido un interruptor dentro de mí, pues sin pensarlo me acerco a ella y la tomo en brazos, siendo consciente de cómo se aferra con fuerza a mi cuerpo mientras llora adolorida.—El aquelarre no está lejos, todos usen su poder para moverse, debemos llegar lo más pronto posible.Sin esperar a ver si me siguen, corro con todas mis fuerzas en dirección opuesta de donde estamos, mientras Penny se s
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