Cariñitos, segundo capítulo del día!!! Espero que lo disfruten. Besooooooooooooooos
PenelopeRegresar a la manada en la que crecí genera sentimientos contradictorios en mí.Nos encontramos ocultos en las sombras viendo de frente a la mansión del alfa Frederick y a los 3 guardias que cuidan la entrada, podríamos derribarlos y entrar pero eso encendería todas las alarmas, así que estamos esperando el cambio de turno.Siempre me dije que lo que quería era irme de este lugar y nunca regresar. Ser libre. Sin embargo, mientras observo las calles oscuras de lo que en su momento fue mi pesadilla y mi hogar siento una nostalgia que no pensé posible y por la manera en que los ojos de Nick recorren el lugar sospecho que se encuentra igual.Estiro mi mano y sostengo la suya para dale un leve apretón que consigue que esos ojos que amo con toda el alma se posen en mi.—¿Estás bien?—pregunto y siento que acabo de hacer la pregunta más tonta de todas.Veo como Nick aprieta la quijada antes de relajarla y su mano tira de mí para tenerme entre sus brazos y dejar un beso en la coronilla
NicklausEl corazón me está latiendo desesperado dentro del pecho mientras espero a que Penelope, Lila y las ancianas salgan de la sala de juntas dónde se han reunido para crear lo que las hechiceras han llamado un recipiente de magia blanca.Todavía no tengo idea de cómo se supone que voy a cargar yo con magia, pero sé que voy a aprovechar cualquier oportunidad que me den para tener a Penélope resguardada t lo más lejos posible de Frederick.Ahora mismo necesito, con todas mis fuerzas, que esto funcione.—Vas a hacer un hueco en el suelo—la voz de Blake hace que suelte un gruñido y le lance una mirada de irritación, pero este ni siquiera se inmuta.—Déjame en paz.Puede que estoy desquitando mi frustración y desespero con él, pero sé que Blake sabe exactamente lo que me pasa y que si me está presionando es justamente para que saque todo. Nuestra amistad siempre ha sido así.Escucho como Blake deja salir un suspiro y al segundo siguiente siento su mano apretar mi hombro consiguiendo qu
PenelopeEl tiempo parece haberse congelado desde que Nick y Blake salieron del aquelarre. Me siento atrapada en un ciclo interminable de ansiedad y desesperación, con mi mente constantemente retrocediendo al mismo pensamiento aterrador: ¿está Nick a salvo?Ni siquiera el hecho de que varios de los hechiceros, esos que casi no salen, los hayan acompañado me deja tranquila.Camino de un lado a otro en la pequeña sala que me han asignado, incapaz de encontrar consuelo. La imagen de Nick enfrentándose a Frederick sigue repitiéndose en mi cabeza. No quiero que esté solo en esto, pero sé que no tengo otra opción. La responsabilidad de cuidar a nuestros cachorros me pesa más que cualquier otra cosa.—Penelope, ¿quieres salir a tomar un poco de aire? —Lila me interrumpe, asomándose por la puerta con una sonrisa suave pero preocupada.Asiento, intentando disimular la angustia que amenaza con desbordarse. Agradezco que Lila esté aquí; su presencia me brinda un poco de paz en medio de este caos
NicklausTal como lo sospecha, Frederick no se encuentra en ninguna de las zonas de batalla que se están dando con las manadas. Su localización me inquieta; un terreno baldío, no tan alejado del aquelarre como hubiera preferido. El sol está comenzando a ocultarse en el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y púrpura que deberían ser hermosos, pero que ahora sólo añaden una capa de surrealismo a la escena.Blake camina a mi lado, su presencia sólida como siempre, y me recuerda la gravedad de lo que estamos a punto de enfrentar.—Esto parece una trampa —dice Blake, su voz apenas un murmullo, pero lo suficientemente clara para perforar el silencio que nos rodea.—Lo sé —respondo, con el corazón acelerado y la mandíbula apretada. Cada músculo de mi cuerpo está tenso, preparado para lo que sea que nos espera. La adrenalina corre por mis venas, mezclándose con el miedo que trato de reprimir. No puedo permitirme el lujo de dudar ahora—. No te separes de mí, ni tú ni los hechice
PenelopeUnas horas antes Dejar que Marissa me lleve con ella es una de las cosas más difíciles que he hecho y debo admitir que, a pesar de mi valentía inicial y la resolución de que debo sacarla de la manada para que no lastime a nadie, estoy sintiendo como el miedo aflora dentro de mi, en especial cuándo veo que empezamos a sumergirnos en el bosque.En mis adentros solo puedo rezar porque Lila esté siguiendo mi rastro.Mi hermanastra me hace caminar por el bosque. La noche parece más oscura mientras nos alejamos cada vez más del aquelarre. Su mano me sujeta con fuerza, casi dolorosamente, y el camino se vuelve cada vez más estrecho y sombrío. Mientras avanzamos, no puedo evitar preguntarme si he cometido un error al decidir acompañarla. Me prometí que haría cualquier cosa para proteger a los míos, incluso si eso significaba caer en una trampa. Solo espero que Lila haya entendido mi mensaje y esté siguiendo mi rastro.—¿Adónde me llevas? —pregunto, mi voz cargada de sospecha. Inten
PenelopeMientras Lila y yo nos acercamos al campo de batalla, el vínculo con Nick se hace cada vez más fuerte, tirando de mí como una cuerda invisible. Siento su agotamiento y su lucha, y mi corazón se acelera con cada paso que doy. El aire está cargado de magia y el olor acre de la batalla. Mis pensamientos son un torbellino de miedo y esperanza.Prometí que me mantendría segura, pero aquí estoy, incapaz de resistir el tirón del lazo que nos une.Finalmente, entre el caos, nuestros ojos se encuentran. Veo el miedo en los suyos, una emoción que me atraviesa como una daga. Nick grita mi nombre, y sin dudarlo, corro hacia él. La risa burlona de Frederick resuena en mis oídos, llenando el aire de una amenaza que me envuelve.—Oh, no puedo creerlo, ¡pero si el premio gordo acaba de llegar!—Ignoro sus palabras burlones y me concentro únicamente en Nick.Mis ojos lo recorren de pies a cabeza dándome cuenta que está más agotado de lo que le gustaría admitir, tiene un corte grande en uno de
NicklausPor un instante siento que estoy paralizado en mi lugar, mientras que la voz de Lila y los gritos de Penny se quedan en segundo plano. Lo único en lo que puedo pensar es en los bebés. Ya vienen… Pero es demasiado pronto, todavía faltan dos meses y medio… Es muy pronto.—No pueden venir—digo entonces y Lila me lanza una mirada irritada.—Pues no creo que haya opción, Penny ha roto aguas, ¡hay que tratarla de inmediato!Solo entonces mis ojos viajan hacia abajo y puedo ver toda la entrepierna mojada de peaches, mientras que un gemido de dolor sale de sus labios. Eso es como si hubiese encendido un interruptor dentro de mí, pues sin pensarlo me acerco a ella y la tomo en brazos, siendo consciente de cómo se aferra con fuerza a mi cuerpo mientras llora adolorida.—El aquelarre no está lejos, todos usen su poder para moverse, debemos llegar lo más pronto posible.Sin esperar a ver si me siguen, corro con todas mis fuerzas en dirección opuesta de donde estamos, mientras Penny se s
PenelopeFrío. Siento como el frío me llena el cuerpo y sé que esa no es una buena señal. Ya ni siquiera siento dolor mientras que el sonido del llanto de un bebé resuena en mis oídos y veo la enorme sonrisa en el rostro de Nick.Sin embargo, ahora más que nunca necesito creer que él va cumplir con su promesa, porque sé que yo no voy a poder estar ahí.Los párpados se me empiezan a cerrar y siento como mis latidos se van ralentizando dentro de mi pecho antes de que cierre los ojos por completo y una luz aparezca y con ella, la imagen de la diosa.—Oh mi niña, has sido muy valiente.—Las palabras de la diosa luna hacen que mis labios tiemblen y las preguntes se atoren en mi garganta desesperadas por salir.—Sabías que iba a morir—le digo y el tono, más que una acusación, es de tristeza total—Lo sabías desde el principio.La diosa deja salir un suspiro y avanza hacia dónde me encuentro . Sus sojos grandes y grises fijos en mí y entonces veo como una sonrisa triste se forma en sus labios.