"Demasiado", dice gimiendo. Su coño se aprieta alrededor de mi polla cuando vuelvo a sacarla. Ese gemido me anima a seguir, y continúo bombeando a mi pareja con embestidas lentas y calculadas, cada una más profunda que la anterior. Ella se mueve conmigo, fluye conmigo, al unísono.Nuestros dedos permanecen fuertemente entrelazados, ninguno de los dos está dispuesto a cortar la conexión.Un infierno arde por mis venas, severo y agonizante, dichoso y emocionante, incomparable. Las llamas arden más con cada movimiento que Ashanti y yo compartimos. Agradezco el calor, lo abrazo, lo anhelo. Ese fuego brilla también en sus ojos azules, no es un simple reflejo, sino una coincidencia exacta, una llama hermana igual de feroz, igual de consumidora.¿Por qué he esperado tanto para hacer esto?No es solo la unión de nuestros cuerpos, impulsados por la soledad y la desesperación. Puedo sentir su alma, su energía vital, ya teñida con la mía, bailando con la mía, entrelazándose irrevocablemente.
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