Capítulo 22. Mientras haya vida, habrá esperanza
Isabelle miró el rostro de sus padres, ambos lloraban y, aunque el corazón se le encogió dentro del pecho, no se movió de su sitio. Ella vio a la familia de Leandro reunida, también la vergüenza que atravesó el rostro de Allegra Giordano ahora que sabía la verdad.—Hija. —Anabella caminó hasta llegar junto a Leandro, se adelantó un paso para llegar a Isabelle.—Hemos terminado, Leandro —dijo, girándose con intención de alejarse de su madre, pero ella fue más rápida y la tomó de la cintura, aferrándose a ella, reacia a dejarla escapar.—Lo siento, cariño —sollozó.—Déjame ir, mamá —le pidió ella, mordiéndose el labio para controlarse.—¡No! Isabelle, no puedes irte así. Tenemos que hablar, hija, por favor, no te marches así.—Basta, Ana, deja que Isabelle se marche —intervino Isabella, bajando las escaleras.—Mamá.—Ya la niña ha sufrido mucho, deja que se vaya, volverá en el momento en que crea que está lista para hacerlo, hija —le habló con seriedad.—Todos nos hemos equivocado con e
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