Una vez que Massimo despidió a Pierre, entró a la mansión y se dirigió a la habitación de su hijo, el cual estaba acostado en su cama, dando la espalda a la puerta.- Paolo, ¿Puedo pasar? – dijo Massimo con precaución.- Ya estás adentro, papá… ¿Vienes a regañarme por lo que pasó hace tiempo? – dijo Paolo tratando de sonar calmado.Massimo vio a su hijo y era evidente que no le reclamaría sobre eso, por lo que se acercó a la cama de chico, se recostó a su lado, lo abrazó y besó su cabeza.- Hijo… vine a ver como estás, vine a ver si necesitas algo, vine a ver a mi hijo que atraviesa un mal momento…Paolo se giró para ver a su padre y abrazarlo, aquello dejó en evidencia que Paolo estaba llorando.- ¿Por qué mamá era así? – dijo Paolo con decepción.- Hijo… Mamá, ya está muerta, no es bueno que hablemos mal de alguien que no se puede defender. Tu madre era una persona complicada, ella fue hija única y, por ende, tenía actitudes un tanto caprichosas.- Papá, no la justifiques, mamá era u
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