Tal como Paloma lo había dicho, Laura tenía mucho en qué pensar y cómo debía pensar, si el padre de su hija, ahora trabajaba en la recién creada compañía de su padre, tío y amigos de su tío.Uno de los tantos días que Laura fue a ver a su padre, se topó con la noticia de que el chico ahora era mano derecha de Magnus, su abuelo. Este, con suma paciencia, le explicaba los pormenores de un contrato y el joven atentó hacia sus notas y daba sus opiniones.Por su parte, Laura, al verlo, se sorprendió, hacía un par de meses, que lo había visto y no lucía nada bien y ahora, se veía mucho mejor, aún usaba bastón, pero se veía realmente comprometido con sus labores.- ¡Laurita! ¡Hija mía! ¿Cómo estás? ¡Pasa! Pasa, solo estaba revisando los pormenores para el cierre de un contrato con una minera. – dijo Magnus al percatarse de la presencia. – Adrien, anda muchacho, lleva esto a gobernación, con esto quedará todo estipulado y podremos comenzar operaciones en breve.- ¡Sí, señor D’Angelo! ¡La…! ¡L
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