Zarya.Miro por encima de su hombro. Todos nos están mirando, pero no oigo a nadie más pues su corazón me tiene atrapada. Mi vista se concentra en la mirada grisácea que me hiela los huesos, pero la oscura que tengo frente a mí tiene una intensidad que pone a hervir mi sangre y calienta mi cuerpo, como si fuese una caldera lo que nos rodea. No podría competir de ninguna manera con ellas.Mis instintos necesitan un poco de orientación, porque no puedo reaccionar o al menos mi cuerpo no acata mis órdenes, se niega al querer alejarme del hombre que me fuerza a no separarme de la prisión creada por su brazo. Quiero besarlo, carajo. Estoy desquiciada pero quiero besarlo y saborear la boca del hombre que suelta esa colonia varonil, la cual me tiene sin cordura. La boca se me hace un río y es arrasadora la mirada que me rompe la coraza que había arreglado estos días, haciendo que esta vez sea polvo y no escombros solamente. Es un ser maldit0 que con poco me vuelve nada, cayendo ante los i
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