Llegó a su habitación corriendo, angustiada se subió a la cama, las lágrimas se agolparon en sus ojos, se sintió mal al descubrir que efectivamente era una mujer infiel. ¿Por qué? ¿Realmente había planeado irse con Spencer?, ¿si era así, debía retomar esos planes con él? Sentía que su corazón, un presentimiento o algo le decía que estaba equivocada, que aquello no era lo correcto, y sin embargo, su cabeza no hacia más que reproducir una y otra vez, aquel recuerdo. Tenía un incipiente dolor de cabeza, como si su organismo reconociera que aquel recuerdo la atormentaba. Se quedó allí, acostada, intentando no pensar, deseando con todas sus fuerzas recobrar sus recuerdos. Mucho más tarde, la puerta se abrió dándole paso a Izan. Izan llegó a la casa, después de todo un día fuera, era realmente agotador, sin embargo era su rutina así que podía decir que estaba acostumbrado a ello. —Buenas noches señor, bienvenido a casa. —Buenas noches. ¿donde esta Dylan? —En su habitación
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