―La sanadora está disponible. ―Le mordió el cuello. ―Ella te sanará al instante. ―Apretó una de sus piernas y se hundió un poco más en ella. ―Así que no te preocupes, disfrútame, pequeña, soy exquisito. ―Jessi deseó bajarlo de su nube, pero él tiene razón, ese hombre es lo más apetitoso que hay en el mundo. Su sola manera de hacerla chillar y suplicar por más, aun cuando su cuerpo no lo soporta es algo admirable. ―¿Alguna vez me cansaré de esto? ―Dark mordió su labio, la manera en la que su mujer lo atrapa es única, él ni siquiera puede respirar. ―Aaahhh. ―Ese gemido erizó cada vello de su cuerpo. ―Dark… ―No me hagas perder el control. ―Le suplicó conteniéndose. ―No me enloquezcas más, pequeña, por favor. ―Se tensó por completo al sentir las caricias en su espalda, follársela en misionero es lo más difícil del mundo, ese contacto piel con piel lo mata, verla a la cara con cada penetración lo supera y que lo bese siempre que ella así lo quiera lo lleva a límites que ni siquiera conocí
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