―Aaarrrggg. ―Dark gruñó al verse contra el cabezal de la cama y su pequeña sobre él prendada a su cuello, ella succiona y se alimenta de él, sin saber muy bien lo que está pasando, se ve de pronto desnudo y con su mujer cabalgándolo. Él debería seguir cada uno de sus pasos, pero ser una neófita la hace más rápida que cualquiera de las criaturas y su fuerza en sí es brutal incluso para él. Jessi estaba enloquecida, ella no sabía lo que le estaba pasando, pero cada vez que sentía ese olor ella se estremecía por completo hasta que finalmente pudo despertar y probarlo. Es adicta a esa sangre, al olor del hombre y a la deliciosa polla que se hunde en ella una y otra vez. Dark se vio obligado a reaccionar cuanto antes, su pequeña está por aprovecharse de él y de no ponerse en las pilas, eso será toda una locura. Dark la tomó del cuello y la estampó contra la pared, escucharla gemir y no quejarse por la fuerza lo excitó un poco más. Ella soporta cada arremetida que él le da, si bien se qu
―¿Me amas a pesar de todo? ―Dark se paró con ella en brazos. ―¿Acaso lo dudas? Lo eres todo para mí, pequeña, jamás dudes eso. ―Ambos se metieron al baño y como era de esperarse lo destrozaron por completo al hacer el amor. Jessi se miró al espejo, ella no se dejó ver por nadie que no fuera su familia, el pueblo la podrá ver solo a la hora de la ceremonia, ella se siente nerviosa por lo que se viene, ¿Qué sucede si el estar viva no es obra de la Diosa Luna? ¿Qué pasaría si la Diosa no bendice la unión? ¿Acaso Dark la aceptaría a pesar de todo? ―Deja de pensar tanto. ―Eir besó su cabeza. ―Estás hermosa, estar pálida te hace bien. ―Bromeó. ―Quiero ir a ver a Mark. ―Eir se puso seria. ―No le haré daño, solo quiero liberarlo. ―Miró a su amiga. ―Dark dijo que la decisión sería mía, quiero que se marche, no quiero tener nada que ver con mi pasado. Ahora soy otra, ¿No? ―Está bien. ―No tuvo más opción que apoyarla. ―Pero tienes solo diez minutos, la luna roja está por llegar al punto más
―¡Que ni se te ocurra detenerte! ―Jessi gimió desesperada. ―La bebé está bien, sigue por favor. ―Dark frunció el ceño, no debió dejarse llevar, no debió tocarla como se lo había prometido. ―Amor, por favor… aumenta más los movimientos, te lo ruego. ―Dark gruñó, es incapaz de no complacerla cuando su pequeña le dará algo realmente importante. ―Si te lastimo, quiero que me digas. ―Acarició su vientre abultado. ―No debí iniciar a follarte. ―Se culpó. ―¡Caraj0s! ―Se sorprendió al verse bajo el delicado cuerpo embarazado de su mujer. ―Si tú no me das lo que pido. ―Lo besó con ardor, ella se lo devoró mientras sus caderas se mueven de manera rápida. ―Yo lo buscaré. ―Sonrió mirándolo a los ojos con deseo, ella no piensa detenerse, no le importa que él se enoje una vez la llene por completo de sus deliciosos y poderosos fluidos. ―No lo hagas tan fuerte. ―Apretó sus caderas para contenerla un poco. ―Nuestra hija está a punto de nacer, no quiero que llegue a este mundo justo ahora. ―Jessi ri
―¡Esposa! ―Eir corrió y abrazó con fuerza a su mejor amiga, reina y madrastra. ―Por el amor de los Dioses, ¡Mi hermana será realmente pequeña! ―Carcajeó por el gesto de su padre, Jessi si bien tiene un vientre abultado, no es tan grande. ―Te ves demasiado hermosa. ―A Dios gracias que no fue enorme, ¿Entonces como iría a la guerra? ―Deberías quedarte ya tranquila. ―Dark la regañó. ―Hoy debería ir yo solo con los soldados a vigilar. ―Jessi rodó los ojos. ―Al parecer volver a ser padre le ha dado duro, o tal vez sea lo viejo. ―Cosmo se partió de la risa poniendo de peor humor a su amigo. ―Ella tiene razón. ―La apoyó. ―Te ves realmente ridículo, amigo. ―Negó todavía muerto de la risa. ―¡Tienes a una guerrera como esposa! ―Alzó las manos para que se diera cuenta. ―¿En todo el embarazo, cuantas veces te dejó luchar solo? ―Dark maldij0, tiene razón, su pequeña siempre peleó a su lado. ―Vale, pero igual me asusto. ―Tiró de su mujer. ―Nuestra hija es un milagro, una bendición de nuestra Di
―Dark se va a morir. ―Susurró. ―Él quería estar para cuando llegara el día. ―Se preocupó. ―Oh, cariño, créeme. ―Kora alzó las cejas. ―Puedes ser humana o criatura y siempre es lo mismo, esa bebé te dará una paliza antes de nacer y estoy segura de que Dark llegará antes de que eso pase. ―Llamando a una de las niñeras le confió a su nieta para llevar a Jessi a la habitación donde daría a luz. Dark y los chicos fueron invitados a una celebración, gracias a ellos los salvajes no destrozaron la aldea y pudieron salvar a las chicas que habían raptado. Ellos no se negaron, estar sin sus mujeres celándolos era algo de lo que disfrutaban, aunque sus cabezas no dejaban de dar vueltas, ni uno ni otro podía dejar de desear estar con ellas. ―¿Qué te pasa? ―Cosmo enarcó una ceja. ―Te veo muy pensativo. ―Ella no ha ido al mundo humano desde que se embarazó. ―Los miró. ―Kora está ahí, al igual que mi hija… no estamos junto a ellas. ―Todos fruncieron el ceño. ―Estoy seguro de que esa pequeña se esc
―Tal y como lo pensé. ―La hechicera sonrió. ―Esa niña tiene parte del poder de la Diosa Luna… ―¡Aaahhh! ―El último pujido de Jessi sacó por completo a la niña. ―Dios mío. ―Se puso en pie mientras Dark la abraza para que no caiga. ―Dame a mi hija. ―Exigió estirando los brazos. —Qué hermosa eres. ―Sonrió mirando a su preciosa bebé. ―Mírala, cielo… es tan perfecta. ―La niña quien abrió los ojos, mostró unos ojos verdes hermosos. ―Lo hiciste. ―Dark acarició la mejilla sucia de su bebé. ―Me has dado otra hija. ―Cualquiera pensaría que estaría decepcionado al tener otra niña, pero Dark estaba que no cabía de la emoción. ―Tengo a las hijas más hermosas del mundo. ―Eir sonrió, ella está realmente feliz por su padre. ―¿Apolo? ―Vidar le palmeó el hombro, parece que el pobre quedó traumatizado, pero rápidamente todos se dieron cuenta de lo que estaba pasando. Apolo quedó enganchado a la mirada de esa pequeña criatura, su corazón se detuvo para después latir al mismo ritmo que el de ella, su i
Hija menor de Dark Ottum, el rey lycan del mundo sobrenatural, una hibrido de vampiro y lycan, elegida de la Diosa luna y mimada de la manada. Luna Ottum es la princesa menor de la manada Luna Creciente, la más vivaz, desobediente y altanera. Se supone que tiene a su destinado, pero él no ha venido a reclamarla, para ella ya perdió su oportunidad y lo único que desea es ser una guerrera capaz de ganar guerras, unir reinos y plantar la paz en el mundo sobrenatural. Pero claro, sus padres la ven como si aún fuera una niña indefensa y le prohíben rotundamente ir más allá de los límites, ella no puede ni siquiera cazar a un solo salvaje porque todos temen a que le hagan daño, pero ella no se detiene, es la mejor cazando y ya a matado a muchos de ellos. ―Estabas fuera. ―Jessi miró a su hija. ―¿Qué te hemos dicho? ¡Es muy peligroso! ―Verle la sangre sobre su cuerpo la enfureció más. ―¿Qué haré contigo? ―Nada, dejarme ser. ―Sugirió. ―Ya he cumplido mis dieciocho años, mamá, ¿Por qué no p
―¡Epa! ―Luna frenó al instante. ―¿Se puede saber para donde va mi pequeña sobrina? ―Verse ante esos dos la hizo mucho más feliz. ―¡Tíos! ―Los abrazó con fuerza. ―¿Cuándo han llegado? ―Vidar jr. quien es el más relajado la alzó por los aires y Radiv la atrapó antes de que tocara el suelo. ―¿Para dónde vas? ―Radiv con su gesto imponente la miró desde su altura. ―Te he hecho una pregunta. ―Deja a la niña en paz. ―Vidar jr. rodó los ojos. ―No te vayas muy lejos, ¿Vale? Hay monstruos por ahí. ―¡No seas así, tío! ―Protestó riendo. ―Kalisy viene conmigo, estaremos bien. ―Miró al más serio de los dos. ―Tío Radiv, deberías sonreír de vez en cuando, ¿No lo crees? A tu destinada le gustará. ―Radiv gruñó y se marchó necesita ver a su chica. ―Yo también me voy, mi nena me espera. ―Vidar Jr. le guiñó el ojo, ambos encontraron a humanas como destinadas y fue lo mejor que les pudo pasar. ―Odi0 cuando esos dos vienen. ―Kalisy gruñó. ―Se creen mis papás, ¿Qué les pasa? ―Luna la tomó de la mano. ―