El viernes ha llegado, y con ello la noche que no quería llegará, lo hizo. Mi rostro de pánico anunciándome en la portería del nuevo edificio de Luciano, es de retrato. Me dejan pasar rápido, y el ascensor sube más rápido de lo que quisiera. En unos segundos estoy tocando a su puerta, y unos pocos d
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