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Todos los capítulos de Vuelve a mí, mi luna: Capítulo 51 - Capítulo 60
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Capítulo 51: Aprovechar
El enojo en sus ojos es tan peligroso que no soy capaz de decirle lo que ha sucedido, porque sé que es capaz de matarlos como lo aseguró. Así que, trago duro y niego ante su mirada llena de enojo.— Deja de pensar solo en muerte, Reymond, no hagas que vuelta a temerte.— Está bien que me temas, me odies o me ames, son sentimientos muy fuertes que al menos me ayudarán a tenerme en tu mente. — dice Reymond sonriente, — Estas completamente loco. — digo con frialdad.— Dime si algún lobo de mi manada te gusta…— Hice la pregunta porque quiero saber si estaré en problemas si algún beta fuerte de tu manada se acerca a mí y activa mi deseo sexual.Mi suposición no parece agradarle al punto que parece que en su garganta pasa un trago amargo que le hace hacer expresiones de desagrado. Pero, afortunadamente se aleja dándome un poco d
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Capítulo 52: Invitación
Horas despuésEl agotamiento me invade al punto que no puedo levantarme de la cama, pero, no soy capaz de dormirme, porque mi cuerpo esta activado por todo lo que hace poco terminamos de hacer.Realmente no puedo entender cómo es posible que yo pueda soportar tanto tiempo teniendo sexo, cuando es mi segunda experiencia teniendo sexo. Pero, si en la primera soporté tanto, parece que en la segunda pude el doble.— Necesitamos comer. — dice Reymond y yo asiento— Si seguimos así, moriré por durar tantas horas sin comer, porque estoy teniendo sexo contigo. — me quejo.— ¿Llevamos dos días sin comer?— ¿Llevamos?— No creerás que comí mientras estabas dormida, ¿verdad?— Pensé que…— No lo hice. Así que, decide si quieres comer aquí o en el comedor.‘¿Cómo es pos
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Capítulo 53: Preocupaciones
Horas despuésAunque no tengo mente para poder pensar en lo que está sucediendo, las personas a cargo de mi preparación para la boda, hacen su trabajo mientras yo continúo procesando la invitación que nos llegó hace algunas horas.— Señora, es un día emocionante, no debería verse así. — dice una de las encargadas de mi arreglo.— ¿Acaso no está feliz?No lo estoy, pero, no puedo decir eso, cuando he llegado tan lejos. Porque no solo he tomado a Reymond como mi protector, si no, que he tenido tanto sexo con él que no hay una sola posición sexual en la que no lo hayamos hecho.Pero, ahora no es mi relación con Reymond lo que me preocupa, porque podemos vivir bien solo teniendo sexo, porque en eso nos comunicamos muy bien. Mi preocupación ahora es la cena con los Perasi. Porque Nate y su padre son alfas que han dejado en claro cuan c
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Capítulo 54: La boda
La sorpresa me invade por completo, al notar que han preparado algo hermoso en el jardín de la casa, pero, lo que me sorprende es que yo no haya percibido el olor a flores y manzanas como tampoco que todos los lobos de la manada seguramente ya se encuentran aquí.— ¿Cómo es posible que hayan arreglado todo esto? — pregunto confundida.— Las habitaciones fueron creadas para que no se escuche o pueda olerse algo en ninguna de las direcciones, por lo que, solo cuando la puerta o alguna de las ventanas no está bien cerradas, es que puedes saber que sucede afuera.— ¿Por qué son así? — pregunto curiosa.— Pensaba en el momento en que nos encontráramos, no me gustaría que los demás pensaran que te estoy matando porque no puedes detener tus gritos ni yo mis gruñidos.— ¡Reymond!— Si no eres capaz de soportar la respuesta, &
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Capítulo 55: Estar casados
Cada una de las personas presentes, nos felicitan por esta unión que prácticamente sucedió de un momento a otro, aunque la mayoría no es conocido para mí, el olor característico de la manada que tanto he percibido en Reymond, me hace sentir menos incomoda de lo que pensé que sería.No obstante, no puedo evitar que sentirme extraña porque ahora pertenezco a una manada. después de todo, la ‘paria’ ahora es recibida por una manada… y para mí, esa transición de ser burlada por los hombres y excluida de mi propia especie, para ser ahora la luna de alguien, es algo difícil de procesar.— ¿Es molesto para ti tener tantas personas? ¿Debí invitar menos personas?— No puedes alejar a tu manada, Reymond. Entiendo que debo conocerlos a todos, así que, no voy a pedirte egoístamente que saques a alguien de la manada por mi tran
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Capítulo 56: Entrega
Miro a mi alrededor, dándome cuenta de que realmente no hemos disfrutado de la fiesta de nuestra boda, ni siquiera me he presentado a cada mesa o tomado fotos de recuerdos ahora siendo esposos, pero, a Reymond no parece importarle ello.Sabiendo como es él, pienso sobre que debería decirle para que acepte quedarse aquí un rato más, pero, él no pierde el tiempo y por eso, me levanta colocándome sobre su hombro, como si fuera un saco de comida o algo así.— ¡Reymond! — grito apoyando mis manos en su espalda, por miedo a caerme.— Te di tiempo para pensar, pero, que esperé a que medites dos días para darme una respuesta a algo que pasará, es avaricia de tu parte, Elise. — dice Reymond.Yo me ruborizo, bajo la mirada de todos los presentes que celebran esto como si fuera algo hermoso de ver, cuando en realidad no está siendo amoroso o gentil. Pero, a Reym
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Capítulo 57: Recordar algo
Decir que no me agrada o que estoy recibiendo su atención lujuriosa en contra de mi voluntad, sería una gran mentira, porque aún no me ha quitado el vestido de novia y ya mi piel está dispuesta a recibir todo toque que aumente dicho placer.Por eso, dudo que aunque no liberara sus feromonas, mi cuerpo traicionero pediría ser satisfecho por él. Así que, fingir que no lo deseo o no me interesa, no es lógico cuando todo de mí dice que es lo que quiero.Sin embargo, me alegra que Reymond también se note afectad por lo que yo le hago sentir. Ya que, noto cuanto disfruta frotarse contra mi cuerpo y como la ansiedad por sentirme piel con piel, causa de rasgue mi vestido.— No seas un salvaje. — digo de inmediato.— Lo somos, Elise, somos una mezcla perversa de animales salvajes y domesticados. Por eso, aunque tengamos una forma humana, no podemos evitar ser salvajes, esposa. —
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Capítulo 58: Ir a la cena
Saber hacia dónde vamos, hace que todo deseo de continuar explorando mi cuerpo y contando mis orgasmos, quede en el olvido, porque realmente es preocupante que yo vaya a la casa de mis antiguos suegros con mi esposo, sobre todo, porque mi esposo es tío de mi exnovio.‘¿Por qué permití estar en medio de este caos?’ me pregunto mentalmente mientras dejo que el agua caiga por todo mi cuerpo.— Elise, si no sales pronto, te llevare desnuda a la cena. — me advierte Reymond y de inmediato salgo de la ducha, porque él no es de los que bromea.— Ya salgo.Apenas lo hago, me doy cuenta de que Raymond está en traje como si fuera a otra boda. Sobre la cama perfectamente arreglada, se encuentra un vestido blanco con ciertas decoraciones que la hacen brillar.Adicionalmente, hay accesorios que parecen escogidos minuciosamente por alguien que quiere elevar mi estatus tan rápido que me ha
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Capítulo 59: Cena absurda
Ni todo el tiempo del mundo puede ayudarme a prepararme para esta cena, porque aunque sé que las propiedades no son cercanas, siento que llegamos en poco tiempo a lo que sin duda, será la cena más incomoda en la que estaré.Por eso, sin poderlo evitar, alguien abre la puerta del auto y yo debo darle la mano al hombre que ahora es mi esposo y también, tío de mi exnovio. Todo ello, hace que quiera irme, pero, dudo que sea posible.Con miedo, miro a Reymond deseando que me diga que nos marchemos, pero, lo que hace es rodear mi cintura, para pegarme más a su cuerpo.— Puedes mirarme como desees, pero, no voy a retroceder.— Pero, aun estamos a tiempo… — susurro mientras las puertas de la propiedad Perasi se abre frente a nosotros.Deseando que sea un mayordomo o algo parecido para decirle que me siento mal y por eso nos vamos, levanto mi mirada dándome cuenta de que son mis exsuegro
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Capítulo 60: Amenaza ácida
Desde un principio sabía que no era buena idea venir aquí, pero, no me queje porque tenía entendido que Nate no estaría aquí por las lesiones que tenía que tratarse fuera y la amenaza de muerte de Reymond.Pero, ahora está frente a nosotros como si nada sucediera y aunque por las cosas que están pegada a sus costillas y sus brazos, no está aún sano, no debería estar frente a nosotros con tanta calma, cuando hay asuntos sin resolver.— Hola, Elise. — vuelve a decir Nate ignorando a Reymond.— Hola, sobrino. — digo resaltando lo que Reymond ha dicho, con la intención de que eso satisfaga a mi esposo.— Estas recuperándote, Nate. Regresa a descansar. — dice Alan transformándose en humano.— He descansado lo suficiente para quedarme en una habitación aburrido, sobre todo, porque tengo hambre. — dice Nate intenta
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