Apenas llegamos a casa, Muriel subió primero a la habitación, yo me quedé abajo con Vlad, él me miró mal y después negó con la cabeza.— No quiero que me digas nada, yo sé muy bien en lo que me estoy metiendo, ahora vete — le dije.Vlad me quedó mirando y después agachó la cabeza.—La vas a dañar, y te vas a dañar tú — me dijo.Camine hacia él y pegué mi frente en la suya.— Voy a estar bien, y ella también lo estará, tal vez sea feliz, ¿no lo crees?— le pregunté.Vlad me abrazó fuertemente, el lazo que ambos teníamos era mucho más grande que el de la sangre. Él se apartó de mí y volvió a poner su típica cara de mal humor.— Ve a buscarla, o mejor no lo hagas, puede que esta vez sí te termine matando — me dijo con una sonrisa forzada.Vlad volvió a abrazarme, yo solo permitía este tipo de cosas con él y mi madre, y bueno también a Muriel, si ella así lo quisiera. ellos eran las personas que más amaba en este mundo, haría cualquier cosa por mantenerlos a salvo.— Mariah, te extraña, de
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