La última habitación era la presidencial, un lugar enorme e impactante mente lujoso; paredes mitad color arena mitad blancas, una alfombra que cubría todo el suelo color borgoña, hermosas lámparas de cristalería, había un bar, una especie de mini cocina, una sala, una pantalla enorme, un baño perfectamente limpio y amplio casi todo hecho de cristal, un gran Jacuzzi, una gigantesca cama cubierta de almohadillas de distintos tamaños, formas y colores, un edredón color arena combinando a la perfección con las paredes y un balcón, que daba hacia la bahía. Mis ojos y mi boca se abrieron a la par al notar tan increíble lugar; ni en mi más fantasioso sueño imagine estar en un lugar semejante. Sobre la cama estaba una caja blanca con adornos dorados y una nota sobre esta; estaba dispuesta a ignorar la caja hasta que leí en el sobre "Señorita Bramson de Fairchild" entonces era para mí, aunque refunfuñe por el escrito de mi nombre, yo no era de nadie. Mucho menos de él "ME GUSTAN LOS VESTID
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