El avión había despegado desde hacía ya dos horas, yo me mantenía en silencio mirando hacia la ventanilla, no veía nada en especial ya que todo blanco y azul. No quise hablar mas con Val desde que salí del baño, ya tiene tiempo de eso y el tampoco me ha dicho nada, de hecho parecía ignorarme aunque con la azafata tampoco seguía envidándose miradas morbosas. Todo esa simple silencio y en cierto modo lo prefería así, el único problema era que tenía hambre, este infeliz no me había dejado desayunar nada. Sin esperar más me levanté y camine hacia la azafata y me sorprendió que ya habían aparecido otras, la chica que se la pasaba coqueteando con Val me miro con odio. Y las otras le susurraron algunas cosas que no logre entender. —Disculpa quería saber... —comencé a hablar —La comida de sirve más tarde, ahora no se dará nada—interrumpió La mire incrédula del cómo me respondía, suspire y regrese a mi asiento, conforme iba caminando se vinieron ideas locas a la cabeza, si ella tenía el po
La última habitación era la presidencial, un lugar enorme e impactante mente lujoso; paredes mitad color arena mitad blancas, una alfombra que cubría todo el suelo color borgoña, hermosas lámparas de cristalería, había un bar, una especie de mini cocina, una sala, una pantalla enorme, un baño perfectamente limpio y amplio casi todo hecho de cristal, un gran Jacuzzi, una gigantesca cama cubierta de almohadillas de distintos tamaños, formas y colores, un edredón color arena combinando a la perfección con las paredes y un balcón, que daba hacia la bahía. Mis ojos y mi boca se abrieron a la par al notar tan increíble lugar; ni en mi más fantasioso sueño imagine estar en un lugar semejante. Sobre la cama estaba una caja blanca con adornos dorados y una nota sobre esta; estaba dispuesta a ignorar la caja hasta que leí en el sobre "Señorita Bramson de Fairchild" entonces era para mí, aunque refunfuñe por el escrito de mi nombre, yo no era de nadie. Mucho menos de él "ME GUSTAN LOS VESTID
—Esta vez no amigo —dijo Val señalándome y por primera vez aquel feo hombre me dirigió una mirada y desee que no lo hubiera hecho nunca pues la manera en la que me miro desde arriba hacia la punta de mis pies me hizo querer vomitar —Como siempre humillando mi pobre mercancía. Y dime —dijo el tipo intentando mirarme por detrás. Val sin dejar de sostenerme el brazo me hizo ir detrás de él evitando así que aquel hombre siguiera mirándome tan depravadamente. —¿Donde consigo una igualita?—dijo intentando verme —Lamentablemente no creo que exista —respondió el rubio sujetándome con mas fuerza el brazo. Todo, todo estaba poniéndose muy mal —Uhm... Entonces te daré seis veces la cantidad que me pediste para el proyecto si me la dejas una sola noche —dijo el hombre mordiéndose el labio inferior. Trague saliva en espera de la respuesta de Val quien llevo mi mano detrás de su espalda donde sentí algo duro que reconocí al momento, era un arma y con eso entendí aque la situación estaba peor
—Ninguna mujer me había golpeado antes —Sorpresa ya lo hice —Entonces hay que amaestrarte—No soy un animal...—Pues te compartas como uno, sin entender cuando alguien te dice que guardes silencio y toda desobediencia merece un castigo...No dijo nada más me tomo de los hombros y me lanzo sobre la cama, intente levantarme rápidamente, pero no logre hacerlo pues el subió sobre mi; llevando mis manos hacia arriba, sentí como mi blusa se iba subiendo hasta quedar a la altura de mi pecho.Pasó su mano por mi cadera, subió a mi abdomen, me queje pues había tocado donde aun tenia los golpe por el encuentro pasado, se quedó viendo mi cuerpo y luego mi rostro asustado y después se unos segundo se bajo de mi—¿Por que me miras así? —pregunto angustiado —La ultima vez que me dijiste eso fuiste un desgraciado —Val bajo su mirada hacia el suelo y soltó todo el aire que contenía sus pulmones—Es mejor que duermas —respondió, se levanto de la cama y fue hacia el balcón dejándome mas que confundi
Llegamos a una plaza enorme llena de tiendas de diversidad, calzado, ropa, accesorios etc. Elegí rápidamente un pantalón lo mas similar al que llevaba puesto, él me dijo que podía elegir algunos otras ropas y a regañadientes lo hice, eligiendo vestidos y alguna que otra cosa mas. —¿Tienes traje de baño? —preguntó, quitándome las bolsas de ropa para el llevarlas —Sí,en casa. Lo hubiera traído pero cierto loco jamás quiso decir a donde iríamos —dije detrás de el—Perfecto...Val se dirigió a una tienda de artículos de playa; caminó entre los sin fin de objetos, salvavidas, tablas de surf, accesorios para buzos entre otras curiosidades, era obvio lo que estaba buscando, siguió caminando y llego entonces a la parte de traje de baño para dama.La mayoría eran rojos, yo reí por lo bajo y el comenzó a buscar entre las prendas—¿No es más lógico que yo elija? —.Al parecer me ignoro.Me entregó un traje de baño a dos piezas color lila con adornos rosa, atado del cuello; era precioso, se lo q
—Hannah... —Hannah... —Hannah... Escuchaba que alguien decía mi nombre muy lejos y una presión enorme en mi cuerpo comenzaba a lastimarme —Hannah ¡Maldi ción!—dijeron de nuevo y pronto note que era una voz bonita que me hacia sentir extraña, la presión en mi pecho volvió mas intenta. Parpadee un par de veces, casi todo era oscuro y borroso, entonces fui recibida por una hermosa mirada verde que me observaba con terror, se acerco a mi y sentí como introducía aire de su boca a la mía. Mi cuerpo convulsiono y el agua comenzó a salir de mi boca haciéndome toser. Val me miraba angustiando ayudándome a reincorporarme y así dejar salir todo lo que había tragado sin querer —Lo siento... —dije con la poca fuerza que mantenía, Val no dijo nada en cambio me tomo de la cabeza y la coloco contra su pecho abrazándome con fuerza —gritó Val, yo comencé a toser y con ello el agua comenzó a salir de mi organismo —¡Maldición! ¿Estás bien? — dijo angustiado. Su pecho subía y bajaba con ve
—Fue sólo suerte —Te advertí que tú dabas suerte, además estaba compitiendo por algo bueno —Fanfarrón —dije nerviosa Val se acerco mas hacia mi, llevo sus manos con calma hacia mi cintura y sin esfuerzo me hizo subir en la mesa. Él estaba frente a mí, acarició mi mejilla y llevó su rostro cerca del mío, sus labios llegaron a los míos con prisa pero dando un roce tenue. Estaba a punto de separarse de mí pero no lo permití, Le tome de la camisa atrayéndolo de regreso, comencé a mover mis labios atrapando los suyos; sin pensarlo mordí levemente su labio inferior, dando un sorbido introduciéndolo a mi boca, él soltó un quejido de dolor exquisito. Algo que no logro detenernos sino todo lo contrario, deslizo los dedos hacia mi cadera, encajando la falange de cada punta en mi dermis, atrayéndome en contra cómo si estuviera desesperado por sentirme cerca. Yo por mi parte ya tenía mis brazos alrededor de su cuello, frotando la yema de mis dedos contra la dermis de su nuca, subiéndolos un po
Mario me acerco el brazo insinuando que me sujetara y así entráramos. Me quise negar una vez mas pero cuando estuvimos rodeados de su guardia el miedo me hizo tomarlo. —Sabes nunca nos ha gustado que digan “No” —murmuro mientras caminábamos. —Vaya que mala situación es una palabra que me encanta —me obligue a seguirle la platica aunque sentía que en el baño se me había perdido la lengua —Pronto dejaras de ocuparla sin problema... Entramos al lugar para encontrar un bar bastante lujoso. La gente a su alrededor irradiaba dinero, poder y maldad. Caminamos hasta colocarnos en una extraña mesa parcialmente escondida, me llamo la atención que aun lado de esta se encontraba una extraña puerta que conducía a un pasillo iluminado de rojo. Deje aquel detalle a un lado cuando estuvimos frente a la mesa que nos diríamos, donde estaban cuatro hombres. Dos de ellos eran prácticamente idénticos. De cabellera risada negra al igual que su tono de piel con las facciones algo toscas, otro con un as