Anashia —Hola Matías, ¿puedo pasar?—Eh, sí, pasa, Anashia—dijo nervioso. Me dejó entrar pero se asomó al pasillo antes de cerrar la puerta. Vestía un short y una camiseta sin mangas.—Dame unos minutos, estaba descansando y me tomaste por sorpresa.—Claro, tómate todo el tiempo que necesites. Puedo ir a la oficina y encender la computadora.—Sí, ve—balbuceó, entrando a su habitación. Me encogí de hombros y fui a la oficina. Encendí la computadora y conecté el USB. Matías estaba evidentemente nervioso, aunque no tenía idea de por qué. Además, me desconcertaba ver salir a la mamá de Luna del apartamento de Matías. Algo no me cuadraba. Chasqueé la lengua, tratando de olvidarme de ese asunto que no era mío."Claro que lo es", susurró mi subconsciente. Claro que sí, puede que haya algo turbio y quizás deba averiguarlo. Negué con la cabeza y me concentré en la edición, que era para lo que había venido. Solo quedaban dos semanas de trabajo con él.Cuando Matías entró a la oficina, lucía di
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