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Todos los capítulos de EL PERDEDOR: Capítulo 81 - Capítulo 84
84 chapters
80: INESPERADO
Salir de la habitación se ha vuelto todo un reto para nosotros, pero también somos conscientes de que no podemos pasar todos nuestros días encerrados, y no porque no queramos, sino porque al final del día tan solo somos humanos. Hoy somos dos turistas que viven la experiencia de este país lleno de encantos, y sobre todo de lujos, como lo son los yates que hay disponibles.Tengo mucha suerte de estar solo con ella en este impresionante navío, pero, sobre todo, tengo suerte de poder verla andar en traje de baño, uno que me invita a fantasear una y otra vez.—Te ves muy sexy de capitán —menciona divertida mientras que se acerca a mí.—Y tú te ves muy bien en bikini, aunque me preocupa que alguien nos acuse, ya sabes que por estas tierras hay algunas cuantas cosas que están prohibidas —bromeo.Ella pareciera estar queriendo poner mis sentidos a prueba, y vaya que lo esta consiguiendo con su manera de acercarse a mí. Sus andares son una tentación hermosa, pero cuando ella hace que gire la
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81: MIEDO POR TI
[HAIZEA]El frio pasillo de este hospital se convierte en el escenario de uno de mis peores momentos. Hace rato se han llevado a Aren y aun ninguno de los médicos ha salido a darme noticias de su estado de salud. No entiendo que paso, estábamos tan bien… bueno, como podíamos porque sé que a él lo estaba angustiando toda la situación en la que nos encontramos.Tengo mucho miedo, ¿y si lo pierdo? ¿Y si sufre de una enfermedad incurable? No sé, pero por mi cabeza solo pasan las peores cosas y es que tal vez son más las cosas malas que buenas las que nos han pasado y es por eso por lo que no puedo pensar en nada bueno.—¿Familiares de Aren Danek? —pregunta un doctor cruzando las puertas del área de emergencia.—Soy su prometida, por favor dígame como se encuentra Aren —le pido acercándome a él y la desesperación en mi voz es mucho más que evidente.—Lo hemos podido estabilizar, y para ser honesto lo ha traído a tiempo al hospital —dice y esto no calma mis nervios.—No entiendo… —murmuro.
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82: SABER QUE ESTÁS BIEN
[HAIZEA]Las horas se hacen eternas en este lugar. Mi cabeza no deja de pensar en la posibilidad de perderlo, ¿y si pasa eso? ¿y si mi hijo se queda sin su padre antes de nacer? El miedo no me deja pensar con claridad, sobre todo porque me encuentro completamente sola.Camino de un lado a otro en este frio pasillo tratando de calmarme, pero es demasiado difícil. Aren se ha preocupado tanto por mí que se ha olvidado de cuidarse él mismo y no puedo perdonarme por eso. «Haizea, tranquilízate también tienes que cuidar del bebé » me recuerdo una y otra vez mientras que acaricio suavemente mi abdomen, No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado cuando una enfermera se acerca a mí.—¿Usted es la prometida del señor Danek? —me pregunta amablemente y asiento.—Si, soy yo, ¿hay alguna novedad? —cuestiono con desespero.—El doctor ha terminado de hacerle los estudios, ya puede pasar a ver al paciente —informa y una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro a pesar de toda la situación. —¡Gracias! ¡Gr
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83: PROMESAS POR CUMPLIR
[AREN]Dos días después: 14 de agostoSe supone que me darían el alta el mismo día que llegue al hospital, pero al parecer los médicos se han ensañado en que me quedase en este lugar por más tiempo, según ellos debían hacerme más estudios para descartar cualquier otro problema.Lo único que yo sé es que siento que le estoy fallando a Haizea. Se supone que era yo quien debía cuidarla, que tenía que ser en quien ella se pudiera apoyar durante todo el embarazo, pero todo esta siento al revés. Es ella quien pasó las noches en vela en el hospital, quien no me soltó la mano cuando ni un solo minuto.—Por fin me puedo ir de aquí —me quejo cuando ya vamos saliendo de la habitación.—No sigas culpando a los doctores, ellos solo hacían su trabajo —me pide sabiendo que lo único que hice este tiempo fue justamente eso.—Lo sé, pero es que este tiempo aquí es tiempo inútil —continúo quejándome.Ella pareciera que con tal de no discutir conmigo solo me sigue la corriente.—Pareces un niño chiquito,
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