—Entonces, ¿qué hacemos? —reflexioné—. Veinte millones, aunque el interés del banco no sea alto, en un préstamo a dos años, los intereses son una suma considerable. Además, ¿puedes garantizar que podrás devolver el dinero en ese tiempo? Nadie puede asegurar eso. Incluso si logras devolverlo en el plazo, creo que lo que ganarías, después de pagar los intereses, no sería mucho. ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿No estarías trabajando para otros?Tomé su mano y le dije.—¿Por qué no dejas de esforzarte tanto? Un proyecto tan grande de Grupo Habitaria me preocupa, temo que te agotes. Además, no nos falta el dinero, vivimos bastante bien.—¿Cómo podría hacer eso? Cuando me casé contigo, juré ante la tumba de tus padres que te daría una buena vida. Fuiste criada con tanto amor y cuidado por ellos, dejaron tantas cosas para ti. Si no logro superar eso, ¿cómo podría vivir con mi orgullo de hombre? —dijo Hugo—. Cariño, quiero esforzarme al máximo para que tus padres, desde el cielo, sepan que casarte
Leer más