—¿Dónde está Jorge? —exclamó asustada—Se fue.Ella asintió, decepcionada.—Quería salir, pero… tuve miedo…Èl sonriò, la abrazó.—Hiciste bien, porque… Jorge me odia.—¿Qué? Pero…—Escúchame, mírame, Amaranta —dijo y acunó su rostro—. Debes entenderlo, ahora Jorge es nuestro enemigo.—¿Qué? —exclamó incrédula de sus palabras, ella se alejó con rapidez.—¡Eso no es cierto!—Jorge quiere robar mi herencia, por eso quiere perjudicarnos, ahora que sabe que te amo a ti y me amas, quiere alejarnos, sabe que papá tarde o temprano nos amará, y entonces, yo tendré la herencia.—¡Es una tontería! ¿A quién le importa el dinero, Enrique? Lo que importa es el amor, ¡nuestro amor!—Lo sé, pero entiende, cualquier paso en falso puede separarnos, cree en mí, en nadie, en más, Amaranta, ahora quiero que arregles todo, nos iremos, pequeña.Ella le mirò con duda.—¿Irnos? ¿A dónde? —preguntó aturdida—Es lo mejor, iremos a Barza, ahí tengo una pequeña casa en el campo, amor, ahí nadie nos va a separar,
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