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Todos los capítulos de Cautiva por el mercenario: Capítulo 81 - Capítulo 83
83 chapters
Capítulo 81. Lucharé por ti
En la comandancia, Antonio logró sacar a Elena y a los niños sin ningún contratiempo. Con su amigo, en cambio, tuvo demasiados inconvenientes.Escobar estaba decidido a dejarlo detenido y tramitar un traslado a alguna cárcel del país por haberle fastidiado la paciencia en varias ocasiones.Horas después y haciendo uso de toda la influencia que por años había logrado en la ciudad, Antonio fue capaz de liberar a Iván de las garras del detective.Lo ayudó el hecho de confesar a los superiores de Escobar los motivos por los que su amigo se encontraba en la vieja fábrica de telas, y el apoyo que ofrecía en la búsqueda de los choferes secuestrados, a quienes encontraron cautivos en un sótano ubicado en uno de los depósitos saqueados.Elena se lanzó a sus brazos y lloró para descargar su angustia al recibirlo en casa, al igual que los niños, quienes aún se mostraban perturbados por la horrible experiencia que habían vivido.Esa noche durmieron los cinco en la misma cama. A Iván lo tenían en
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Capítulo 82. De paseo
—Papá, quiero más cereal —pidió Iván Raúl y le mostró a su padre el plato vacío.—Yo también —señaló Iván José, apurando lo que quedaba de desayuno en el suyo.—¡Siempre quieres lo que yo quiero! —reclamó su hermano.—¡Tú también!—¡Yo lo pedí primero!—¡Fui yo!—¡Vasta de discusiones! —los detuvo Iván con voz firme y se acercó a ellos con la caja de cereal en la mano— Hay suficiente para los dos.Los niños compartieron una mirada desafiante, pero sonrieron de oreja a oreja cuando su padre volvió a llenarle los platos.—Betsaida nos espera en la casa de la playa —comunicó Elena mientras entraba en la cocina con Ivana entre los brazos—. Hablé con ella por teléfono y me dijo que con Emmanuel prepara las cañas de pescar para ir al río apenas lleguemos.Al unísono y con las manos alzadas, los chicos emitieron un Sí alegre. Iván y Elena habían decidido pasar unos días de descanso fuera de la ciudad, antes de intentar retomar la rutina, para ayudar a sus hijos a superar la amarga experienci
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Capítulo 83. El deseo del dragón
Durante la tarde, Antonio y Betsaida se acercaron al pueblo para comprar más conservas de coco y galletas para los niños. Todas las reservas se les habían acabado.Iván y Elena supervisaban desde su ubicación, sentados en la orilla, el profundo sueño de Ivana, que dormitaba dentro de una cuna portátil, y la importante expedición que los chicos realizaban en el agua, en busca de piedras para culminar la construcción de un fuerte que protegería el castillo de arena fabricado cerca de ellos.Según los niños, en pocos minutos llegaría una caballería enemiga para robar los tesoros que guardaban, conformado por conchas, semillas y diminutas piedritas de colores.—Nuestros hijos necesitaban esto —comentó Elena, disfrutando de la calidez que le aportaban los brazos y el pecho de Iván. Estaba sentada entre sus piernas, con la espalda apoyada en él—. Y no te niego que yo también.Iván besó su cuello mientras analizaba aquellas palabras. Que, aunque ella no lo pretendiera, resultaban como una es
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