26. Yo, Mikhail Volkov En plenas facultades mentales.
El sol, aún tímido en ese amanecer otoñal, apenas se atrevía a asomar por entre las copas de los árboles que rodeaban la mansión Volkov. Un manto de silencio sepulcral cubría la propiedad, roto solo por el crujir de las hojas secas bajo los pies de los invitados que empezaban a llegar para dar el último adiós al viejo Mikhail, el actual Boss de la mafia rusa.Se sabía que tras guardar el luto correspondiente empezarían a rifarse ese título entre las familias más poderosas, aún así, todos apreciaban a Mikhail y era imposible que no estuvieran compungidos.Erwan, con una compostura estoica, la mandíbula tensa y la mirada fija al frente, era la imagen del dolor contenido. Otros, como Victoria y Tatiana, no podían contener las lágrimas, que surcaban sus mejillas en silencio.Alexa, al lado de su hija, ocultaba su expresión tras unas enormes gafas oscuras. Enterraban a su suegro en ese instante, y por fin, todo sería suyo. Le costaba mucho fingirse afectada cuando lo único que quería era s
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