Victoria se subió al auto con Erwan y se abrochó el cinturón de seguridad. Algo la inquietaba, y no era solo la compañía de su cuñado, aunque también influía. Era algo más parecido al terror a perder a su abuelo, a su padre, porque para Victoria Mikhail era la única figura paterna que recordaba.—Llévame a verlo antes de que sea demasiado tarde —pidió, evitando mirarlo y esperando que Erwan no complicara las cosas aún más.Erwan no respondió. La culpa que lo invadía en ese momento lo mantenía en silencio. Era la primera vez que un hombre como él experimentaba ese tipo de sentimiento. Lo peor era reconocer que esa culpa se debía a ella. A su hermosa Odette.Sin embargo, no se arrepentía de haber hecho lo necesario para encontrarla. Jamás lo haría. Así que, tras acomodarse ambos en la parte trasera del auto, solo necesitó dar un par de golpes en el cristal blindado que separaba la cabina del conductor del resto del vehículo para iniciar el viaje de regreso a la mansión Volkov en un tens
El sol, aún tímido en ese amanecer otoñal, apenas se atrevía a asomar por entre las copas de los árboles que rodeaban la mansión Volkov. Un manto de silencio sepulcral cubría la propiedad, roto solo por el crujir de las hojas secas bajo los pies de los invitados que empezaban a llegar para dar el último adiós al viejo Mikhail, el actual Boss de la mafia rusa.Se sabía que tras guardar el luto correspondiente empezarían a rifarse ese título entre las familias más poderosas, aún así, todos apreciaban a Mikhail y era imposible que no estuvieran compungidos.Erwan, con una compostura estoica, la mandíbula tensa y la mirada fija al frente, era la imagen del dolor contenido. Otros, como Victoria y Tatiana, no podían contener las lágrimas, que surcaban sus mejillas en silencio.Alexa, al lado de su hija, ocultaba su expresión tras unas enormes gafas oscuras. Enterraban a su suegro en ese instante, y por fin, todo sería suyo. Le costaba mucho fingirse afectada cuando lo único que quería era s
Tatiana, con el corazón hecho pedazos y la rabia hirviendo en sus venas, se alejó de su madre a paso ligero, buscando refugio en la inmensidad de la mansión Volkov. No toleraría ni una palabra más de reproche por la incapacidad que tenia para lograr consumar el matrimonio con su esposoLa verdad era que lo había intentado todo. Se había mostrado insinuante, seductora, incluso lasciva, pero Erwan parecía inmune a sus encantos. Sus días transcurrían en un tedioso bucle de soledad.Erwan, absorto en sus asuntos laborales, la ignoraba durante el día y por la noche desaparecía sin dejar rastro, refugiándose en una de las numerosas alcobas de la mansión. Ni siquiera se había molestado en mostrarle cuál era su habitación.¿Qué la hacía tan poco atractiva para Erwan? ¿Acaso había otra mujer en su vida? ¿Un secreto inconfesable que lo mantenía alejado de ella? ¿Era ella la culpable de la indiferencia de Erwan? ¿Acaso no había sido lo suficientemente audaz, lo suficientemente entregada? Un nudo
Después de esas palabras Sergey no pudo pensar con claridad, la tomó del cuello besándola con mayor ferocidad, rindiéndose a esos sentimientos y deseos que ella le provocaba en esos momentos, convirtiéndose en el caballero galante dispuesto a hacer que el dolor de la mujer en sus brazos y el propio desaparecieran. Debía estar loco, estaban a plena luz del día, en un área apartada del jardín en la que cualquiera podría descubrirlos, pero en ese instante, Sergey solo quería seguir besando a esa joven ahogando la poca culpa que sentía, con el recuerdo de que el esposo de ella estaba tras la hermana. Giró sobre el pasto dejándola apoyada en el suelo y bajó por su cuerpo mordiendo y besando la piel que su negro vestido dejaba a la vista, todavía no se atrevía a retirarle la ropa, jamás se había permitido ver a ninguna de esas dos jóvenes como una mujer, pero eso era Tatiana, una hermosa mujer a la que en ese instante no podía resistirse. Tatiana no opuso resistencia al cambio de posició
El rostro de Erwan palideció en el instante en que vio cómo el cuerpo de Victoria cedía ante la gravedad. Todo empezó a verse en cámara lenta a su alrededor. Sin embargo, su cuerpo se movió rápidamente, al mismo ritmo que su corazón latía en ese momento, evitando que la mujer que amaba cayera por completo al suelo.—Vicky, por favor, mi bello cisne, no me hagas esto. Despierta, por favor —le rogaba Erwan mientras la llevaba en brazos hasta el sillón de tres plazas que había en la habitación.Erwan no tardó nada en aflojar cualquier cosa que impidiera que el aire circulara libremente hacia sus pulmones. No dejaba de llamarla, tocando suavemente sus brazos y hombros.—Vicky, amor mío, despierta, esto ya no es gracioso.Victoria sabía que Erwan estaba allí con ella, lo sentía preocupado; sin embargo, no podía abrir los ojos. La oscuridad en la que se encontraba parecía no querer dejarla ir. Deseaba gritar, hacerle saber que estaba bien. ¿Pero realmente lo estaba? Un cambio en la posición
Alexa, siempre atenta a todo, no pasó por alto la ausencia de Erwan y la hija ilegítima de su difunto esposo durante toda la tarde tras la visita al médico de la familia. Aunque no comprendía el repentino interés de su yerno en Victoria, tampoco encontraba a su hija por ningún lado. Esto la tranquilizó, haciéndola pensar que tal vez los tres estaban juntos. Sin embargo, su intranquilidad se vio confirmada al ver a Erwan y a la bastarda salir del auto completamente solos.— ¿Y Tatiana? Creí que había ido con vosotros — inquirió Alexa con evidente molestia. — ¿Dónde está y por qué pasan tanto tiempo juntos?—Con quien pase mi tiempo no es asunto suyo, Alexa, y donde se encuentra su hija, más de lo mismo. Ella ya es mayorcita como para darle explicaciones a su madre y en dado caso, yo no necesito que me informe de sus cosas. Ella sabrá que hace con su tiempo libre.— Está bien, yo iré a buscar a mi hija — no quería discutir con él, ese hombre tenía todo el poder de la familia Volkova en
La tenue luz del alba se colaba por las rendijas de las cortinas, despertando a Victoria en una cama solitaria. Aunque Erwan había compartido su lecho la noche anterior, su prudencia lo había llevado a marcharse antes del amanecer. Victoria lo agradecía, a pesar de la punzada de nostalgia que sentía al notar la ausencia de su calor junto a ella.Alzó la mirada hacia el techo, y de pronto, un mareo vertiginoso la invadió con tal fuerza que ni siquiera alcanzó a buscar su muleta para apoyarse en su camino al baño. A pesar del dolor punzante en su tobillo, un impulso irrefrenable la obligó a correr, desesperada por evitar manchar el suelo de su habitación con el contenido de su estómago.Arrodillada frente al inodoro, tras una ardua batalla contra las náuseas, expulsó los restos de su cena. — Esto no puede ser — una frase cargada de incertidumbre y malestar. Apenas había probado bocado la noche anterior, ¿cómo era posible que se sintiera tan enferma?¿Quizá lo que dijo el doctor?Negó rá
Spike puso en marcha el motor, dispuesto a seguir el vehículo donde Alexa y Victoria habían escapado. No tenian tiempo que perder; si sus sospechas sobre la nuera del difunto Mikhail Volkov eran acertadas, la joven corría un grave peligro.No solo temía por la vida de Victoria Volkova; la suya propia también pendía de un hilo si permitía que ella sufriera algún daño a manos de Alexa. Erwan no solo lo torturaría, sino que lo eliminaría sin piedad si no lograba regresar con Victoria sana y salva.Sin embargo, su plan de actuar en solitario se vio frustrado. Tras activar el localizador del celular que su primo había instalado en el teléfono de Victoria, las puertas del copiloto y los asientos traseros se abrieron al unísono. Erwan y Pavel.—Intuía que no estaría solo —murmuró Spike, sin esperar respuesta de su primo ni del bailarín.Sin perder un segundo más, arrancó el auto y pisó el acelerador, decidido a alcanzar o llegar lo antes posible al destino de Alexa y Victoria.El silencio de