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Todos los capítulos de Mi Sexy Profesor : Capítulo 41 - Capítulo 50
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—Mamá…—Lo sé todo, maldita sea, ¡sé lo que está ocurriendo y con quién estás! —empezó a vociferar, dejándola muda. —No sé de qué hablas —trató de igualar el tono con dureza. Ella era una despiadada mujer, de eso no había ninguna duda. —¡No te hagas la tonta, maldita zorra! ¿Es en serio, Mabel? ¿Estás en una relación con ese hombre adulto, tu profesor? —le lanzó duras acusaciones que aumentaban la presión y la furia en su corazón. Tragó grueso —. No es posible, has elegido estar con él en vez de regresar, sabes que nunca serás bien recibida aquí. ¡¿Me has entendido?!—No me importa, no pensaba regresar de todas formas, y sí, estoy en una relación con él. Es lo único bueno que me ha pasado en la vida. Saber que no volveré a verte a ti ni a Nolan, me alivia. No quiero volver a verte nunca más, me dieron la espalda, nunca me apoyaron.—Burhan Al-Mansour, ese hombre debería estar en la cárcel, ¿sabes? —soltó furiosa, con intenciones de hacer daño. Sus palabras lastimaron a la joven, qu
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Batalló al despertar, tenía la cabeza hecha un caos y el cuerpo impactado por oleadas de temblores cada vez más fuertes. Volteó la cabeza y solo eso le dolió. Estaba en el interior de una cabaña con aspecto del abandono, sucumbida por los embates del tiempo. Trató de moverse y se descubrió atada de pies y cabeza. El despido de las paredes era un olor terrible que le hizo arrugar la nariz, la luz era escasa, lo que volvía la escena más aterradora. Lo último sucedido arribó a su mente. ***Sacudió la cabeza, le dolía un poco. De repente apareció Giselle, con una sonrisa malévola, con la intensa mirada de sus ojos malignos clavándose en ella; la frívola imagen de su madre viniendo a ella, que una vez solo fue una pesadilla, ahora era la realidad y se recogió lo que pudo en su lugar, esperando un milagro, aguardando compasión, que su loca madre no hubiera perdido completamente el juicio al punto de estar ahí, a punto de cometer una locura.—¿Madre?—¡No soy tu madre, maldita sea! Deja d
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—Por supuesto que lo eres, eres mía —le llevó la contraria afirmando un hecho absurdo, entonces dejó de moverse, pero aún no salía de ella, además estaba ejerciendo demasiada fuerza sobre su vientre y eso le estaba inyectado mucho miedo, temor de que le hiciera daño a su bebé —. Te cogeré todo lo que quiera, te haré mía lo que yo quiera, así que obedece y deja de soltar estupideces. —Tú, tú sueltas estupideces ¡maldito! —rugió llorando, volviendo a tirar de las cadenas de las esposas. Solo encontró más dolor, ese ardor que se esparcía velozmente a través de toda su fisonomía —. Déjame, déjame ya…No gustando su manera de contestarle le dio una cachetada tan fuerte que el golpe la llevó directamente a la inconsciencia. No supo nada más, y quizá era mejor así. Aunque solo fuera por poco la desaparición de la pesadilla..…Cuando abrió los ojos, se sintió fuera de lugar. La luz le quemó los ojos. Era fuerte y eso la cegó unos momentos antes de siquiera dar otro parpadeo. Le dolía sus pa
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La joven despertó de forma abrupta, estaba al lado de un pitido fuerte. Parpadeó con lentitud, porque la luz fluorescente iba directo a sus orbes sin ningún cuidado y le costó acostumbrase la su intensidad. No se dio por vencida, lucho por mantener los ojos abiertos y tratar de ubicarse en el sitio donde estaba. ¿Seguía con vida? Lo último que recordaba antes de verse ahí, fue haber caído sobre la carretera, luces fuertes de un auto... Ya todo poco a poco esclarecía en su mente, los puntos lentamente se ubican dando una imagen de ello, la escena traumática que hubiera querido poder borrar para siempre. Empezó a agitarse sobre la cama en la que estaba postrada, al parecer una de hospital. Su corazón latía con fuerza, sentía azotes. Una joven mujer, que era la enfermera, trató de calmarla. —Por favor, debe tranquilizarse, joven, inténtelo, se lo pido...—No puedo, no puedo, mi bebé, ¿dónde está mi bebé? —exclamó entre un llanto para nada silencioso, era intenso y fuerte.—Lo has perdi
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—Mabel, iba a morir de solo pensar que podía perderte, estuve preocupado, tuve miedo de no volver a verte —dijo sobre su boca, antes de abrazarla con ansias. —No me sueltes, no lo hagas —pidió destrozada. —No te soltaré, no lo haré. —Perdóname, por favor, lo siento, todo es mi culpa... Nuestro bebé ya no existe, Burhan. —expresó tomando la mano del hombre y la puso sobre su abdomen —. Se ha ido para siempre y todo es mi culpa. —No digas eso, no eres la culpable. Me duele, me destroza verte así, también sufro por lo que te ha ocurrido y te prometo que mataré a ese infeliz, lo haré pagar por lo que te hizo. ¿Ha sido alguien conocido? —No, no por favor... —¿Te ha amenazado, es alguien conocido? —Sí, ha sido Adrick y mi madre —soltó, sabía que debía decirselo, y ya lo había hecho. Burhan se quedó incrédulo, ¿su madre era la causante de todo eso junto al hijo de su esposo? Sintió mucha ira, rabia. Esto debí saberlo la policía, dejarlo en manos de las autoridades. Habría llamado al
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Al fin salió de la ducha, dejó el baño y ya estaba en la habitación. Burhan entró dos segundos después, se le quedó mirando. La joven se incomodó, ya no era lo mismo. Hubo un momento en que podía lidiar con el pudor, pero ya no lo conseguía. Se ocultaba en su propio parecer, y de eso Burhan se había dado cuenta. —Ya hice la llamada… —Gracias. Buscó su ropa y volvió al baño, pero se le olvidó poner el pestillo. De modo que fue pillada por Burhan que entró, sin malas intenciones, pero ella se mostró bastante cohibida. Intentó cubrirse. —Mabel, deja de esconderte, por favor —expresó acercándose y arrebatándole la toalla con la que intentó cubrir su desnudes. La repuesta de Mabel fue sollozar y cubrirse el rostro.—No quiero, no me mires, por favor… —repetía incesantemente. A Burhan se le llenaron los ojos de lágrimas, se le anudó la garganta, y aunque al principio se resistió, la abrazó besándole la coronilla. Entró también en un llanto, con ella, aferrandola. —No tienes por qué s
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Era Marzo cuando se inició un juicio contra los involucrados en el intento de asesinato, secuestro y abuso sexual. Mabel debía estar presente y dar su versión de los hecho, pero no estaba preparada para presentarse en un estrado y expresarse. Aún así lo hizo. Giselle nunca la vio, ni Adrick que había sido capturado en el aeropuerto al intentar huir del país, así que también esa escoria estaba presente. El juez anunció la sentencia, Giselle iría a un centro siquiatrico durante un periodo de veinte años, quien ante lo que dictaba el juez hizo un drama hasta desmayarse. Adrick parecía inmutable, siquiera mostró una sola emoción en el rostro cuando escuchó su nombre seguido de la condena, veinticinco años. Mabel ya quería irse de ahí, Burhan la abrazó con cariño, su Lilian estaba presente al igual que Valentina y Amanda. Afuera las luces de las cámaras la ofuscaron, flash por aquí y flash por allá, trataba de ocultarse, agarrada a Burhan quien se hacía un espacio entre la multitud de re
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Sus labios temblaban, salados, pero aún así respondieron a su roce y pronto necesitaron alejarse para poder respirar.—¿Te sientes mejor? —preguntó cerca de su rostro, apartando un mechón de su ahora largo cabello detrás de su oreja. Ella sonrió apenas y asintió levemente con la cabeza.—Creo que ya puedo volver a dormir, lo voy a intentar —prometió con un suspiro.—De acuerdo —respondió Burhan, permitiendo que se recostara de nuevo. La chica apoyó la cabeza en su pecho y comenzó a cabecear por el sueño. Al-Mansour le permitió quedarse allí, con su cabeza apoyada en él. Le besaba la coronilla de vez en cuando, mientras acariciaba suavemente su frente. Sus brazos rodeaban su cintura y Mabel sostenía su mano sin intenciones de soltarla. Aunque se sentía somnolienta, no lograba conciliar el sueño, pero sentía tranquilidad, la cercanía de él era reconfortante, su refugio favorito.—Gracias por no irte. —Gracias a ti por quedarte....A la mañana siguiente, la noticia se propagó en medio
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—¿A qué viene la pregunta? —Es que los padres siempre apoyan a sus hijos, están al tanto de la situación y creí que...—No tengo una buena relación con ellos, papá y mamá están en California. Pero no los llamo, ni ellos me contactan a mí —admitió.—De acuerdo, disculpa mi inoportuna pregunta —soltó arrepentida de haber cuestionado sobre ello. —No, descuida. Lili, aún hay algo que no le he dicho a Mabel... —agregó nervioso. La mujer pestañeó curiosa, evidentemente con incertidumbre. No tenía idea a lo que se refería. Parecía demasiado ofuscado al mencionarlo. Y ella asintió levemente confirmando su proseguir. —Puedes decirme, Burhan... ¿qué no le has dicho a mi nieta? —Es algo de mi pasado, pero de todos modos merece saberlo. Se lo he ocultado por temor, no quiero que conozca esa parte de mí, pero al mismo tiempo sé que es importante. —De acuerdo, habla conmigo, de mi parte no le diré nada, al final eres tú quien debe decirle —aseguró brindándole una cálida sonrisa. —Alexa, así
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Mabel lloraba, sin poder dejar de mirarse el abdomen. Cada vez que lo hacía, los recuerdos regresaban a su mente, provocando una profunda desazón. Pasaba de sentirse regular un día, a verse sumida en una profunda tristeza al siguiente, como si estuviera en un constante vaivén emocional sin encontrar estabilidad. Los sucesos de aquella noche se repetían una y otra vez en su cabeza, sin encontrar forma de sacarlos de allí.Se retorcía entre sollozos desesperados, sin poder contener el llanto que brotaba incontrolable de sus ojos, empapando la almohada. Cada día se despertaba sintiéndose huérfana, atrapada en un dolor que la consumía y la hacía sentir infeliz. Incluso la presencia de Burhan, que solía reconfortarla, no era suficiente para llenar el vacío que sentía en su interior. Se sentía demasiado dependiente de él, y eso la perturbaba profundamente.Después de secarse el rostro, Mabel tomó una ducha y se vistió con cuidado. A pesar de haber descuidado su apariencia durante mucho tiem
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