-¡Joder! Dios, ¡maldita sea! – se escuchó por enésima vez en pocos minutos - ¿Por qué cojones tardan tanto?-¿Quieres hacer el maldito favor de calmarte Dan? O vas a infartarte y pasarás tu Luna de Miel en la UVI del hospital – Advirtió Mike medio en broma, pues, aunque bromear con una enfermedad no era demasiado correcto, entendía que, por su constitución y estado físico, su amigo estaba bastante lejos de ser candidato a s-¿Te parece poco haber esperado más de cuarenta minutos a que llegara Débora?-Si tenemos en cuenta que esperaste más de treinta año por ella ¿Que son cuarenta miserables minutos? – prosiguió mofándose Mike.-Pues eso, cuarenta interminables minutos en los que pensé de todo, con la racha que hemos llevado estos últimos tiempos, tengo derecho a tener miedo. Bufó con cara de pocos amigos.-Pero la espera valió la pena o no – lo animó su compañero mientras le daba un suave toquecito en el hombro.Y tanto que valió la pena, ¡Dios! O quien fuera, si las Moiras [i] o las
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