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Todos los capítulos de Una esposa para mi hermano: Capítulo 81 - Capítulo 90
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¿Qué hice, Susan?
Daniel amaneció en su oficina, seguía con la puerta cerrada cuando los niños salieron para ir al colegio. Afortunadamente, Susan se había negado a irse esa noche. Estuvo con los niños en el cuarto de Ethan, sin salir, pero los gritos se escucharon igual. Tuvo que contener a Naomi y a Jonathan que se habían asustado ante la voz dura de su padre.Ella lo conocía, conocía muy bien a su hermano. Todo ese muro de cemento y hielo que conformaban su coraza no era más que una defensa para él, por dentro se estaría descomponiendo en pedazos. Antes de salir para el colegio intentó una vez más golpear a su puerta, pero no obtuvo respuesta.Él se quedaría allí hasta que no tuviera más remedio que volver a enfrentar la realidad. El silencio volvía a precipitarse sobre esa casa, pero esta vez se sentiría más pesado y cerrado. En el salón habían quedado los trozos del aparato y el anillo en el piso. Susan los recogió y los guardó, eran símbolos de que Deanna ya no estaría más allí.Ethan había optad
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Decepciones
- Te dije que iba a funcionar. Está hecho –- Ahora tendré que soportar su ira –- No te preocupes demasiado por eso, hice esto con mucho cuidado –- ¿De qué hablas? –- Ya te darás cuenta. Te abrí la puerta, te toca moverte. Te quedaste demasiado en las sombras. O aprovechas ahora o has lo que quieras. Para mí el juego está cerrado –- De verdad das miedo –Leonard tocó a su puerta después del mediodía. En verdad quería hacer cosas por ella. Desde que descubrió que era su hija, suya y de Philippa, no podía pensar en otra cosa. Tal vez porque la había engendrado con amor, tal vez porque se sentía culpable de todo lo que había hecho o quizá para intentar remediar lo que casi hizo. No lo sabía, pero el impulso de estar para Deanna era más fuerte.Deanna lo dejó pasar. Le llevaba algunas cosas, porque supuso que se habría ido de esa casa con poco y nada. Ella se las agradeció. Le ofreció llevarla de Philippa, pero Deanna había hablado con ella por teléfono esa mañana, inventándole una ex
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¡Lo voy a matar!
Beverly mantuvo la postura seria y el rostro indignado mientras bajaban por el ascensor. Estaba segura de que esto le ganaría la confianza de Daniel nuevamente, se libraría de la culpa y ahora que Deanna lo había dejado, al fin tendría su oportunidad. Pero debía seguir siendo cautelosa.Cuando llegaron a la oficina del jefe de seguridad todos se sorprendieron, rara vez el dueño bajaba hasta ese sótano.- Buenos días, Sr. Colins –- Buenos días, Sr. Crusher ¿Qué lo trae por aquí? –- Necesito hacerle unas preguntas sobre las cámaras de seguridad que están restringidas en el piso superior. Recientemente hubo un acceso a las grabaciones de esas cámaras y quisiera saber qué fue lo que ocurrió –- Eso es imposible, esas grabaciones están bajo llave –- Pues ocurrió y necesito saber quién y cómo –- Entiendo, acompáñeme por aquí por favor –Lo llevó hasta una habitación lateral. El Sr. Colins se quedó esperando.- ¿Qué sucede? – Preguntó Daniel.- Necesita pasar su credencial para entrar a
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¿Qué voy a hacer ahora?
Se dejó caer en un sillón, la mano le dolía. Descargó en ese golpe toda la frustración que sentía y el dolor por Deanna. Su vida era, nuevamente, un desastre sin ella. Tiró la cabeza hacia atrás y volvió a llorar, en silencio.Cada vez que su sonrisa le invadía la cabeza el corazón se le estrujaba. Aun podía ir a rogarle y pedirle que regresara; pero la veía con Reed, bajando de su auto, él tipo dispuesto a irse a las manos con él por defenderla y el estómago se le volteaba.Y Harry… todos sus discursos por comenzar de nuevo eran por esto. Iniciaría una nueva vida, en otra ciudad con su hija y su esposa, pero antes de irse se aseguraría de acabarlo. ¿Tan grande era su resentimiento que necesitaba separarlos para ser feliz?¡Por Dios, tenía tantas ganas de besarla! Había creído que se pasaría el resto de su vida besándola, abrazándola, amándola. Esas ganas quedarían flotando en el aire para recordarle todos los días que ya no la tenía. La aspirante a Prima Donna de cabello alborotado y
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Locura
Los días pasaban para Daniel como en un letargo, eran interminables. Por momentos tenía episodios de desesperación y arrojaba cosas contra la pared, enardecido porque Deanna lo había dejado y por momentos, se largaba a llorar como una criatura por el mismo motivo. Se iba a volver loco.Volvió a medio vivir en su oficina en la empresa, le costaba enfrentar las miradas acusadoras de sus hijos y la tristeza de Jonathan. El pequeño parecía un fantasma por la casa, daba vueltas sin rumbo o se encerraba en su habitación, ya ni siquiera usaba su reproductor para escuchar música. No podía verlo, no podía darles la cara porque aun él mismo no lograba salir de su estado de angustia.¿Qué apoyo podía darles a sus hijos si él mismo estaba hecho un desastre? Cuando su esposa había muerto, Daniel pasó casi tres meses intermitentes entre la oficina y la casa. Camila y Susan se hacían cargo de sus hijos cuando él se perdía dentro de su tristeza, pero de algún lugar sacó las fuerzas para seguir adelan
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Coraza
Pero por mucho que habían intentado resguardar a Daniel de las habladurías, no tardaron en llegar a su puerta. Y por supuesto, Beverly le había llevado las nuevas noticias.- Lamento hablarte de esto Daniel, pero ¿no crees que es hora de que empieces a pensar en el divorcio? –- No hablaré de eso contigo – Le dijo cortante.- Pues deberás hacerlo porque la situación se está yendo al desagüe y debes ponerle fin –- ¿Y si así fuera porque tengo que discutirlo contigo? Mi vida privada no te incumbe, ya te lo he dicho –- Tu vida privada se ha vuelto pública y aunque no quieras admitirlo está comenzando a afectar a todos –- No veo como –Beverly suspiró ¿debía decírselo?- Te lo comenté una vez y vuelvo a hacerlo: tienes una imagen que mantener, te guste o no. Esta compañía tiene una imagen que mantener y tú eres su cara. Lamento mucho lo que sucedió con tu esposa, pero no puedes pasarte la vida de esta manera. Necesitamos todos que regreses a ser el CEO de la compañía –- No me interesa
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Eres tan raro
-Aceptaré tu propuesta, pero con una condición – Le dijo Deanna mientras caminaban por el parque.Leonard se emocionó.- ¡¿En serio?! –- Si… Pero no quiero tener un representante que corretee jóvenes… -- ¡Oh, Deanna! No me hagas eso… -- Es lo único que te pido, de lo contrario regresaré a terminar el semestre y buscaré un empleo –La relación entre ambos aun no era de padre e hija, pero se había estrechado con los días y con la insistencia de Leonard. Pocas semanas atrás no era más que un desconocido que la perseguía para acorralarla y ahora se había convertido en un soporte para ella. Sin Harry, sin sus amigos de la Universidad, estaba sola con Philippa y su abuela y aunque su madre iba constantemente a verla lo cierto era que se había quedado sin nada.- Si esto no funciona tendré que buscar trabajo… un lugar donde vivir, no puedo pasármela en el hotel… o deberé regresar a casa –- Funcionará, no te preocupes. Si este productor no sabe apreciar tu talento, Marcus va a hacer que t
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El último lazo
Ethan estaba haciendo sus tareas de la escuela cuando su computadora comenzó a emitir un pitido constante. Era una video llamada. No podía identificar que donde provenía, pero respondió igual. La pantalla le devolvió la imagen de Deanna.- ¡Deanna! –- Hola Ethan ¿cómo estás? – Su sonrisa era apenas una mueca.- ¡Deanna! ¿Dónde estás? –- Lamento mucho lo que pasó… Lo siento… Me dijeron que querían verme –- ¡Si! ¡Si! ¡Espérame que voy por mis hermanos! ¡Espérame Deanna! –- Claro… -Ethan salió corriendo, pero no encontró a sus hermanos en sus habitaciones. Bajó las escaleras y los vio en el salón con Daniel y Camila.- ¡Naomi! ¡Jonathan! ¡Vengan rápido! ¡Es Deanna! –Jonathan se puso de pie de un salto, su carita llena de emoción.- ¡¿Dónde?! – Le preguntó Naomi.- ¡Arriba, en la computadora de mi habitación! ¡Vengan! –Naomi salió corriendo y el pequeño detrás de ella.- ¡¿A dónde van?! ¡Niños! – Los llamó Camila.Ninguno de los tres la oyó.- ¡Daniel has algo! ¡Esa mujer…! –Todo
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Se hace camino al andar
Leonard fue esa mañana a hablar con Marcus, necesitaba un lugar para que Deanna pudiera entrenar un poco la voz antes de la audición. El profesor estaba enojadísimo con su amigo.- Eres un traidor, sabías que la quería aquí conmigo y ahora se la entregarás a Sacha… -- No seas así Marcus, sabes como yo que es una oportunidad en mil y si el tal Sacha no la aprecia, estoy seguro de que aceptará quedarse contigo –- Al fin le pusiste las manos encima, maldito –- No es eso… -- Y te esforzaste mucho esta vez, supongo que estarás eufórico –- Te digo que no es eso… -- ¿Qué no es qué? No me digas que haces todo esto por amor al arte porque no voy a creerte, te conozco –Leonard dudó un momento.-Te diré la verdad, pero guárdatela o te mataré –- ¿Qué verdad? –- Es mi hija… -- ¿Quién? –- Deanna –- ¿Qué Deanna? –Leonard lo miró como si tuviera dos cabezas y entonces Marcus reaccionó a lo que él le decía.- ¡¿Es tu hija?! ¡¿Deanna?! ¡¿La esposa de Crusher?! ¡Deja de decir estupideces!..
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UN BEL DÍ VEDREMO
El Teatro Ambassador estaba rebosante de gente. La audición era cerrada, pero había convocado a muchas aspirantes de la zona y de ciudades vecinas. Deanna había arribado con Leonard, pero cuando llegó el momento tuvieron que separarse y él fue a sentarse a las filas superiores, como cuando la espiaba antes de saber la verdad.Sacha Feni, el productor, estaba sentado justo en medio de la platea y Marcus iba a venía a cada pedido que le hacía. El tipo tenía fama de ser un quisquilloso, pero ya tenía varias estrellas triunfantes en su haber. Cuando las audiciones comenzaron, el Profesor buscó a su amigo y se sentó a su lado.- Bien… ¿Qué va a cantar? – Le preguntó.- Un bel dí vedremo – Le contestó Leonard.- ¡Mierda! No lo ensayamos nunca –- No hizo falta, lo va a dejar con la boca abierta de todas maneras –Deanna había elegido esta aria apropósito. Con ella marcaría el final de su historia con Daniel.Madame Butterfly, de Puccini, era una historia con la que podía identificarse. Muy
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