Una vez que aquel hombre se marchó de mi dormitorio, me asomé a la terraza ya que echaba mucho de menos a mi pequeña Cintia, además no seguía comprendiendo el porque David me quería hacer creer que me amaba, cuando en menos de un mes se iba a casar con mi hermanastra Melody, no podía comprender sus razones para hacerlo. Me tumbé en la cama, mientras las lágrimas me caían por las mejillas sin sentido, hasta que Morfeo hizo acto de presencia en mi, quedándome dormida. Me despertó unos golpes que escuche en la puerta, viendo a Lucinda abrirla. Entró muy despacio acercándose a la cama donde yo estaba tumbada, pronunciando mi nombre en una especie de susurro—- Keira, señora la cena ya está servida, David la está esperando para cenar —- me dijo—- Gracias Lucinda, pero dile al señor que puede cenar, yo no tengo hambre, gracias — respondíLa mujer se marchó del dormitorio como entró, sin hacer ningún ruido, cerrando suavemente la puerta. Poco después, escuche un fuerte portazo viendo entrar
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