El avión aterrizó poco después, cuando ya abrieron la puerta, bajamos David y yo por las escalerillas dirigiéndonos hacia una limusina que ya nos estaba esperando a pie de pista, Cuando nos acercamos al vehículo, el chofer que esperaba al lado del vehículo nos abrió la puerta para que subieramos los dos, marcandonos poco después de aquel lugar hacia la ciudad, ya que me pude dar cuenta que el aeropuerto no se encontraba muy lejos de la ciudad, donde aterrizamos, fijandome antes en el cartel que había en la entrada y que ponia que estabamos en las Vegas, a pesar de que los cristales del coche eran oscuros. Cuando el chofer paró el automóvil, el chofer bajó y rodeándolo se acercó hasta la puerta trasera para abrirla, ayudándome David a bajar del coche. Entramos en aquel precioso hotel, recibiendonos el director en el mismo Hall, abrazados los dos hombres como si se conocieran de toda la vida, mientras los botones cogían nuestro equipaje de la limusina y se acercaban hacia los ascensore
David me paso la nariz por la suave piel de mi oreja y por el cuello, sabía que a pesar de todo David me deseaba y no le importaba cómo me haría suya, así que no trate de hacerme suplicar ni de rechazarlo, yo le amaba y también lo deseaba. Inspire fuerte y agarre con mis manos y con fuerza el edredón de la cama, mientras sus pechos se movían contra mi espalda—- Lo que vamos a seguir haciendo, no significa que me gustes tanto, especialmente cuando haces lo que haces mientras estes a mi lado, y te quiero siempre, siempre junto a mi. — me susurroComo pude me gire el cuerpo poniendo mi cara enfrente de la suya, no le di ninguna oportunidad de decirme nada más, ya que le reclame sus labios besándole con ferocidad y rápidamente—- !! Que sorpresa me has dado ¡¡ —- me dijo acariciando mis mejillas con sus dedos— Solo quiero lo que viene a continuación —- le dijeDavid y yo nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, lamiendo mis labios con su lengua. Me separo las piernas, dejando ante
Pasamos una maravillosa semana en Las Vegas, David me enseñó los casinos, la ermita donde se casaban las parejas, los restaurantes, toda aquella ciudad era impresionante. De regreso al aeropuerto, me di cuenta de que varios hombres nos esperaban en una pista asfaltada, dejándome algo sorprendida porque aunque estabamos en el aeropuerto, no vi el jet de David, si no que estaba a punto de aterrizar un helicóptero, Cuando cesaron las hélices, un hombre vestido con un traje de piloto bajó de él, acercándose a donde estabamos los dos—- Buenas señor O”Brien, cuando ustedes deseen podemos partir — le dije el piloto—- Gracias, en cuanto el equipaje esté en el helicóptero, podemos marcharnos — contestó David.Cuando ya subimos David y yo al helicóptero y el piloto alzó el vuelo, me quedé algo atónita al ver la panorámica que había desde las alturas. El crepúsculo ya se estaba adueñando del cielo haciendo que el paisaje nos regalara una explosion de colores preciosos. Unas horas después el he
Una vez que aquel hombre se marchó de mi dormitorio, me asomé a la terraza ya que echaba mucho de menos a mi pequeña Cintia, además no seguía comprendiendo el porque David me quería hacer creer que me amaba, cuando en menos de un mes se iba a casar con mi hermanastra Melody, no podía comprender sus razones para hacerlo. Me tumbé en la cama, mientras las lágrimas me caían por las mejillas sin sentido, hasta que Morfeo hizo acto de presencia en mi, quedándome dormida. Me despertó unos golpes que escuche en la puerta, viendo a Lucinda abrirla. Entró muy despacio acercándose a la cama donde yo estaba tumbada, pronunciando mi nombre en una especie de susurro—- Keira, señora la cena ya está servida, David la está esperando para cenar —- me dijo—- Gracias Lucinda, pero dile al señor que puede cenar, yo no tengo hambre, gracias — respondíLa mujer se marchó del dormitorio como entró, sin hacer ningún ruido, cerrando suavemente la puerta. Poco después, escuche un fuerte portazo viendo entrar
Tal y como David me dijo, dos horas después aterrizó en aquel lugar, el mismo helicóptero que nos trajo a David y a mí a aquel lugar, Cuando logre ver a mi hija, me fui corriendo hasta que por fin la pude tener en mis brazos, abrazando mi hija mi cuello mientras me decía mami, haciendo así que no pudiera retener mis lágrimas. Cuando nos acercamos a la casa, Lucinda y Veronica se acercaron a donde yo estaba con mi hija en brazos, acercándose también Gisela que fue la que estuvo en todo momento y en todo el viaje con mi pequeña, procurando que nada le pasara. —- Oh David, que guapa es — dijo Lucinda acercándose a mi hija para acariciarle la manita— Mami, ¿que zon? —- preguntó mi hija— Son unas mujeres que nos van a cuidar mientras estemos aquí, ¿te gusta la casa? —- pregunte—- Hola preciosa, ¿te acuerdas de mí? verás que bien lo vamos a pasar Cintia, yo te llevaré a donde quieras y te comprare todo, todo lo que me pidas — le dijo David—- Hoda, quero un pony —- dijo mi hija, haciend
Después de ver todo su dormitorio saltar por todas partes y coger uno de los peluches que había, y era el que más le gusto a mi hija, nos marchamos todos hacia el salón, sentándose David con mi pequeña en la gran alfombra que había para jugar, pero como se notaba que mi hija estaba muy cansada, Gisela la cogió en sus brazos, llevando a mi pequeña medio dormida a su dormitorio quedando en el salon David y yo solos. Estuvimos un buen rato viendo la televisión mientras David, se tomaba su vaso de wisky, hasta que el cansancio que yo llevaba encima me pudo, teniendo que marcharme del salon hacia el dormitorio. Una vez que entré, me fui hacia el cuarto de baño ya que necesitaba una buena ducha de agua caliente. Me desnude metiendome seguidamente en la ducha, abrí los grifos dejando que callera el agua por mi espalda, cuando de pronto sentí las manos de David en cada uno de mis pechos, mientras besaba mi espalda, y me hacía sentir lo duro que tenia su miembro en mis nalgas.—- David por fav
Unos días después, estabamos en la cocina desayunando mi hija y yo acompañadas de Gilda y Lucinda, cuando de pronto apareció David por la puerta, acercándose primero a mi hija dándole un beso en la mejilla para luego acercarse a donde yo estaba sentada, dándome un beso en mis labios, dándonos cuenta de cómo nos miraba sorprendida mi hija con una preciosa sonrisa en su pequeña boquita—- ¿Os vais a cazar? —- nos preguntó, haciendo que los dos le riéramos la pregunta—- ¿Tu quieres que mamá y yo nos casemos? — le preguntó David—- Zi, tu eres mi papi y ella es mi mami, os quero mucho a los dos —- nos dijo mi pequeña—- Gracias princes, pero venga vamos a desayunar que hoy os voy a dar una gran sorpresa —- nos dijo David—- Siiiiii, bien —- dijo mi hija dando palmas con sus manitas—- ¿A dónde quieres llevarnos? —- pregunte—- Ya lo veras mi amor, la pequeña lo va a pasar en grande, venga terminar que nos vamos enseguida — me dijoMi pequeña terminó su desayuno todo lo rápido que pudo, l
Una semana después de aquel maravilloso día en el que fuimos los tres al cine, David recibió por la tarde una llamada de su amigo Carlos diciéndole que había problemas en la empresa con su madre y tenía que regresar de inmediato a Nueva York. Cuando ya nos íbamos al día siguiente, la despedida de Lucinda y Veronica fue algo que en parte me dolió mucho, pues mi hija enamoró a todos los que habían en la casa y sobre todo a esas dos mujeres, que se comportaron con mi pequeña como si fuera suya. Primero el vuelo fue en helicóptero hasta el hangar donde se encontraba el jet, subiendo después al jet de David que nos llevó de vuelta a la gran ciudad. Una vez que el avión aterrizó David tenía a mi hija en sus brazos ya que se quedó completamente dormida en sus brazos. —- Buenas noches señor, señora — nos dijo Franco el chofer—- Buenas noches —- le saludamos nosotrosDespués de dejar nuestro equipaje en el maletero del coche, Franco el chofer arrancó la limusina, marchandonos de aquel hangar