ChantalEstaba tumbada sobre su cama, boca arriba. Su cuerpo se hundía en aquel suave colchón en un proceso lento e interminable, como si este se la estuviera tragando. Había arrojado los tacones rojos al otro lado de la habitación. La luz tenue de la calle que se escurría a través de la ventana le daba un toque penumbroso y solitario. Miraba al techo, se veía sólido, firme, como si le pudiera caer arriba en cualquier momento, aplastándola y llevándose todo eso que estaba sintiendo. Mas, eran solo los tormentos de todo lo sucedido esa noche lo que estaba haciendo tanta presión sobre ella."Por una noche llena de sorpresas", recordó las palabras de Sam ante aquel brindis.¡Y vaya que había sido una noche bien carga de esas!Empezando por el mismo Sam y el beso que se dieron. Fue algo repentino. Nunca pensó que él gustara de ella, y dada las circunstancias no estuvo mal, si de un choque de labios se tratase, pero faltó, le faltó lo que un simple beso es capaz de ocasionar, y eso le tení
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