—Florencio, solo tienes que entender esto.—Estar a su lado es una suerte inmensa, hay mucha gente que ni siquiera puede verlo de lejos.—Lo único que debes saber es que, en el futuro, cuando lo veas a él o a ella, debes mostrar más respeto que el que me muestras a mí.El Palacio de los Sabores, como centro de intercambio de información, claramente Froilán sabía mucho más de lo que se veía a simple vista.—¡Sí, jefe lo entiendo!Florencio estaba sorprendido en ese momento. Finalmente comprendió por qué su líder, Froilán, actuaba de esa manera.Estaba frente al Dragón Supremo de la Orden Celestial, González, en persona.¡Su comportamiento no solo estaba justificado, sino que era realmente adecuado!En el jardín, Celeste miró a Juan con una expresión de duda.—Juan, ¿este Froilán? — preguntó con cierta incomodidad.—Sí, hermana. Si quieres establecerte en Solestia, yo, como tu hermano, te ayudaré. Considera esto como un regalo mío para ti, recíbelo con gratitud. —Voy a hacer que todos
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