El joven soltó un eructo con olor a alcohol mientras observaba aturdido la habitación. Al ver a Marta, sus ojos brillaron de inmediato: —Vaya, qué belleza... Justo mi tipo.—Preciosa, ven conmigo. Te daré dinero, me sobra. —Señor, le pido que respete — Fulgencio dijo de manera instintiva, colocándose frente a Marta para protegerla.El joven le dio una bofetada, soltando una sarta de insultos: —¿Y tú quién eres para meterte? Estoy hablando con la dama, no contigo.—¡Esto es demasiado! —Fulgencio, enfurecido, intentó actuar, pero los tres hombres que acompañaban al joven lo inmovilizaron de inmediato.El joven se lanzó hacia Marta: —¡Voy por ti, preciosa!—Le pido que se detenga. Ya tengo novio, se llama Juan— respondió Marta, aterrada, con el rostro pálido.—Eso no me importa, olvídate de tu novio— el joven soltó una carcajada burlona. —De ahora en adelante, yo seré tu novio. ¿Ese tal Juan? Bah, olvídalo, yo soy mil veces mejor que él.Con mucha arrogancia, extendió su mano para agarra
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