Todos los capítulos de Atrapada en el infinito: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 40
Hiz respiraba agitado. Veía a los guardias que intentaban levantarla del piso.—¡Suéltenme! —gritó ella y soltó con fuerza el agarre de los hombres.Se levantó de un salto, con los ojos llenos de llanto. Empezó a correr hasta llegar al elevador.En vista de que su amiga había bajado por las escaleras, decidió bajar por el elevador y alcanzarla. Pero, cuando llegó al primer piso, no encontró a Dane.—¡¿Has visto a Dane?! —preguntó a sus compañeros.—No.—No, ¿por qué?—¿Dane?, ¿no estaba contigo?—Nada, solo la vi cuando subió a verte.Hiz corrió hasta la recepción y se encontró con los guardias de los Plumas.—¿Dónde está Dober? —preguntó.—El Mando Segundo salió a hacer un recorrido por la zona —respondió uno de ellos.Hiz trató de calmarse en vista de que ya varios de los allí presentes ponían sus ojos en los guardias y en ella.Debía pensar un plan y no podía hacerlo si estaba alterada.—¿Quiere que le avise al Mando Segundo? —preguntó el mismo guardia.—Eh… no —Hiz pasó una mano p
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Capítulo 41
Hiz estaba sentada en un sillón, al lado de una ventana en la cual se podía observar el bosque oscuro. La luz del interior de la oficina en la cual Ben la hizo entrar, era blanca y el espacio se veía moderno: blanco y con computadores táctiles y pantallas azules flotantes que mostraban algoritmos intendibles para Hiz.Ben trajo una taza de té de canela caliente y se lo ofreció a la chica. Se sentó frente a la joven, sobre el escritorio de cristal, traía un pocillo para él también y le dio un sorbo.—¿Viniste aquí tú sola? —preguntó.—Sí.—¿Caminando?—Sí.—¿Por qué? —inquirió Ben con rostro ahora bastante serio.—Es que… —Hiz cerró los ojos para tratar de calmarse, volteó el rostro hacia la izquierda, donde estaba la ventana—. Ben, quiero hablar algo contigo, algo muy serio. Por favor, necesito que me hables con la verdad.—Claro, sabes que soy incapaz de mentirte.Hiz observó su alrededor. La pequeña oficina blanca estaba bastante silenciosa y parecía que nadie podría escuchar su con
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Capítulo 42
Hiz sintió un golpe en su pecho, pero intentó disimular su impresión. Sus piernas empezaron a temblar y pensó seriamente: ¿cómo iba a escapar de aquella base?—Hiz —llamó Ben—, ¿dónde está tu mamá? —preguntó—. ¿Envío a alguien para que vaya a buscar tu ropa en tu casa? ¿O la ropa la tienes en el hotel?Ella inspiró hondo y lo observó fijamente.—Hiz, el parche en tu marca ya no está, ¿te lo quitaste? —Caminó hasta ella con una gran sonrisa—. ¿Ya te recuperaste?, ¡qué bien!Apartó el cabello de Hiz para poder ver la marca en su cuello. Su sonrisa se evaporó con rapidez.—Hiz, ¿qué es esto? —preguntó—. ¿Por qué tienes dos plumas en tu cuello?, ¡¿qué rayos?!
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Capítulo 43
Hiz apareció sobre algo que la rodeaba. Podía sentir que la rodeaban por la cintura y unas manos anchas apretujaban su espalda. Había un jadeo cerca de su oreja derecha y un diminuto temblor.Entonces logró abrir los ojos y parecía estar volando: se encontraba muy por encima del alto bosque. Sus ojos encontraban diminuta la ciudad de los Infinitos y todo el bosque oscuro se extendía bajo sus pies.Reparó y vio que todo el panorama lo observaba por una pared de cristal. Dober era quien la abrazaba y jadeaba.—¿Estás bien? —preguntó.Hiz se dio cuenta que el temblor lo producía su propio cuerpo. Se aferró con fuerza a Dober y dejó salir el llanto, pero era por puro alivio.—Hiz, ¿te hicieron daño? —preguntó Dober.—S-sí… —intentó hablar, trató de calmar su voz—. Es
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Capítulo 44
Hiz se dio cuenta que había llegado el momento en su vida de cambiar cuando llegó Dober a la nave, con ojeras y rostro pálido por el cansancio. Entró a la habitación y la abrazó, haciendo que los dos cayeran a la cama, acurrucándose en Hiz.—Gracias, Hiz —susurró.La misión demoró tres días. Todo ese tiempo Dober no llegó a la nave y Hiz estaba segura de que él no descansó. Por eso se veía vencido por el cansancio.—¿Por qué me agradece? —preguntó ella, acariciando su cabello lacio.—Pudimos terminar la misión gracias a ti con éxito —respondió.—No es tanto por mí, si Dane no le hubiera avisado a usted, yo habría muerto y ustedes no habrían llegado a la base, ¿no cree?—Sí, es verdad —respondió Dober co
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Capítulo 45
Dober había sumergido una mano por debajo del vestido de Hiz y estaba tocando su entrepierna.—¡No, por favor! —pidió ella totalmente avergonzada.—Shu… tranquila, Hiz, relájate —susurró él—. Te va a gustar. No te imaginas lo que es capaz de hacer tu cuerpo para hacerte sentir placer.Ahora Dober sumergía su mano por debajo de la ropa interior y hacía masajes circulares en su sexo.Hiz comenzó a respirar agitado y abría su boca para dejar salir gemidos. Dober comenzó a besarla y sumergía su lengua en su boca. Después le besó el cuello con mucha pasión.Un dedo de Dober se introdujo en su vagina y la estaba estimulando. Hiz se sintió bastante húmeda y no dejaba de retorcerse y sentirse caliente.Nunca había experimentado tanto placer.Veía que la marca de Dober hab&iacu
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Capítulo 46
Dober entró a la habitación y observó a la mujer desde lejos.—Hiz está bien, había despertado, pero la dormimos porque no dejaba de moverse —explicó con voz tranquila—. Solo duerme y se recupera. Le hemos puesto un parche nutricional para que su marca pueda nutrirse. Tuvo una descompensación nutricional, así que debe guardar mucho reposo.La mujer lo observaba fijamente, con la impresión que tendría una persona que acaba de conocer a un ser de otro mundo. Ella creía que él sería un hombre soberbio, como su hija lo llegó a describir y por todos esos rumores que se corrían entre los Infinitos: pero ahí estaba, tan humilde y respetuoso con ella, que no parecía ser un Pluma; de hecho, ¿era un Pluma de verdad? ¿Por qué tenía ese infinito en su marca?—Señora, por favor, levántese del
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Capítulo 47
Definición de unión en la cultura de marcas: Pareja que comienza a vivir bajo el mismo techo, con la cual tendrá hijos. Esta unión suele prepararse meses antes de ser mostrada en sociedad. Si la marca de la unión es de alta alcurnia, generalmente la mujer vive unos meses en casa de su futura unión (pero también puede ser el hombre el que se mude a casa de la mujer) y convivan un tiempo para estar convencidos que podrán vivir en armonía antes de celebrar su unión, ya que, después de unirse no pueden separarse.Las parejas conviven alrededor de tres meses o más en la casa de la familia, hasta que quedan listos los preparativos para celebrar la unión y presentarse en sociedad como uniones oficiales. En esta celebración asisten las personas cercanas a la pareja. Los niveles altos como los Plumas, Diamantes y Trébol suelen ser muy discretos en la celebr
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Capítulo 48
Llegaron a una esquina, donde había una puerta gris de cristal que se abrió cuando Hiz se plantó frente a ella; sorprendiéndose por completo por el sensor de la puerta.  El doctor la esperó afuera y, Hiz, al ver el interior del baño, la golpeó un olor a rosas y abrió la boca al ver lo limpio y majestuoso que era aquel baño.Había un gran lavamanos rectangular de mármol blanco con un gran espejo donde podía verse a cuerpo completo desde donde se encontraba.Se acercó a las cabinas cuando sintió su estómago revolverse y la torturó las ganas de vomitar.Sintió que fue una pena el vomitar en un sanitario tan pulcro. Aparte que fue la primera vez que vomitó de forma tan elegante.Cuando sintió que las ganas de vomitar se calmaron, se sentó en el piso y apoyó su cabeza a la cabina de acero gris. Cuando a
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Capítulo 49
—¿Qué es misionero?—Personas que cumplen misiones que le encomiendan. Pero en este caso son muy peligrosas, casi suicidas. Pero Dober siempre logró salir vivo de ellas —sonrió—. Siempre que llegaba de las misiones se quedaba a dormir en mi casa y me traía algo típico del lugar al que le tocó viajar. Y me hizo caso, trató de poner toda la distancia posible de su padre biológico.—Vaya, Dober entonces debe ser muy apegado a usted.—Me llamó papá hasta que creyó que tenía la edad suficiente para dejar de hacerlo —soltó una pequeña risita—. Pero, cuando estamos los dos solos llega a comportarse como un niño mimado, le gusta que le den arrunches.Hiz soltó una carcajada al ver que sí era cierto.—Es verdad, le gusta que le hagan mimos —aceptó ella.—
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