Daniel tenía el día libre, tenía pensado en estar con todos, por eso mismo había llevado a los chicos a su casa, se sentía solo y vacío, aunque, no lo demostraba. Los que estaban con él se divertían recordando la noche anterior, hacía ya tiempo que no la pasaba tan bien; pero Danna no se encontraba entre ellos, entendía que estaba a final de semestre, que la universidad se volvía difícil para ella, ¿pero, dónde lo dejaba a él? Era como si se hubiera olvidado que tenía esposo.Daniel compró pizza e hicieron palomitas de maíz para ver muchas películas, así pasaron toda la tarde, echados en la sala, riendo, conversando y el momento fue muy agradable.Todos se olvidaron de la jaqueca e hicieron juegos esa noche, se podría decir que hasta la lucha entró en sus planes. Finalizaron el día en el quiosco, allí escuchaban a Daniel contar sus historias, el joven había viajado por varios países y era muy entretenido escucharlo. La noche era refrescante y divertida.—Oye, Daniel, cállate, yo soy l
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