Denisse se despide de mí y también de su amiga, no sin antes susurrarle algo al oído.Cuando Zaideth y yo quedamos solos, ella me quita el casco de una de mis manos, comienza a ponérselo y me doy cuenta que he ganado. Lo que ella no sabe es que no la llevaré a casa, sino que iremos a otro lugar.Uno de mis lugares favoritos de la ciudad es el restaurante Marinela que queda en el muelle de la Bahía, se puede degustar de una muy buena comida mientras se aprecian los barcos, veleros y pequeños botes atracar en el muelle, además, si estamos de suerte, con el buen tiempo que hace hoy, podremos disfrutar de la brisa salada que barre el agua.Zaideth en ocasiones me regañaba por haberle mentido, yo me excusaba diciendo que sí la iba a llevar a su casa, pero que primero debía ir a un lugar. Así fue como dejó de molestarme en el camino.Al llegar cerca del muelle, dejo la moto en el parqueadero, Zaideth se baja un tanto confundida, pero dejando a mi voluntad lo que haríamos. Le sonrío y le ind
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