—Me gusta lo discreta que es la calle —dijo Mateo—, además, tiene un gran patio, con piscina —señaló a su hermana con la copa—; no tienes el mar cerca, pero sí una piscina. Además, te quedaría cerca del colegio. Volteé a ver el bar, intentando no opinar sobre la casa y esperar a ver qué tanto le gustaba a Mateo.—Ese colegio es horrible, ¿viste lo atontadas que son esas chicas? ¿Qué le pasa a esa gente? Además, el uniforme es horrible, con todos esos cuadros, qué horror…—Vas a estudiar allí, Valentina, tiene una buena reputación —insistió Mateo con voz demandante—. No tiene discusión.Mateo había ido a ver algunos colegios de alto renombre en la ciudad, yo le recomendé algunos tantos que eran populares por ser estrictos y en donde a Valentina la educar&iacu
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