— ¿Qué sucede, Siena? ¡Siena! ¿Qué estás haciendo? — Preguntó Asher. Siena intenta levantarse para salir de allí, pero Asher, quien la está observando, considera que no es prudente que lo haga.— Por favor, señor, debo ir al hospital. Dylan, él me necesita — manifiesta ella con voz temblorosa. Escuchar el nombre de Dylan en boca de Siena hace que Asher piense que podría tratarse de su hijo. Sin darle más explicaciones, Siena se abre paso para salir. Sus compañeros, que la están observando, la ven apresurarse fuera de la habitación, visiblemente angustiada.Asher, intrigado por la mención del nombre de Dylan, la sigue. La curiosidad sobre quién podría ser esta persona que ella nombra lo perturba. Después de llegar al hospital, Siena corre a ver a Selim.La impotencia de no saber nada sobre su hijo o qué es lo que tenía enfermo la estaba llevando poco a poco hacia el pánico. Dylan era todo para ella, su fortaleza y también su debilidad. Antes de ser madre, Siena no entendía por qué algu
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