Narra Fabiola.Una especie de serpiente eléctrica invisible se desplaza por todo mi cuerpo mientras el brazo y pierna de Diego chocan con mi cuerpo durante el viaje al aeropuerto.Exhalo la tensión en mi pecho cuando el ojimiel se levanta un momento ya que Piter lo ha llamado desde atrás del bus.Miro hacia ventana, todo el paisaje, la calle, las personas, y al cerrar los ojos me recuerdo a mí misma anoche, cambiándome, con el corazón en la boca, mientras bajaba buscando un maldito lugar en donde pudiera conseguir sus empanadas.¿Por qué?, ¿por qué tuve esa urgencia y ese sentimiento tan repentino de querer que él estuviera bien?Me gustaba más cuando sentía que debía ser malvada con él, pero ahora, siento una mezcla de pena por lo que pasó, y al mismo tiempo esa pequeña mariposa revoloteando en mi corazón, al recordar cada palabra ayer en la cafetería.—¿Segura que no quieres? —cuestiona sentándose a mi lado, extendiendo una de sus empanadas—. A ver, se te hace agua la boca, cariño. D
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