“Espera. ¿Volviste a ver al tipo que te tuvo en su calabozo durante no sé cuántos meses para avisarle de que venían los vampiros?”. “Sí”. “¿Por qué?”.“Era lo correcto. Pero también, tenía una deuda con Luna Estella, al menos en mi corazón. Ella me salvó, cuando nadie más me ayudaría. No pude salvarla a ella, pero pude salvar a su hijo”.“Tienes un extraño sentido del honor”, le digo.Él piensa por un minuto. “¿Y si Benny descubriera lo que eres y te despidiera, y quizá te obligara a dejar esta ciudad? Te ha ayudado, te ha protegido hasta cierto punto, por lo que veo”. Asiento, pero no sé adónde quiere llegar.“Incluso si se volviera contra ti y descubrieras que alguien va a hacerle daño, ¿no sentirías la necesidad de advertirle?”.Me lo pienso y asiento con la cabeza. “Supongo que sí. Sinceramente, no lo sé. Nunca he estado en esa situación”.Hace rato que terminamos el té. “Entonces, ¿quieres salir a correr conmigo, en vez de seguirme como un rastrero esta noche?”, le digo
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