Cuando Paul se dio cuenta de la presencia de Eletta, dio la impresión que toda su sangre había escapado de su rostro, y caminó hacia ella para explicarle, no quería darle una idea equivocada, pero cuando ella extendió la mano para detenerlo, se dio cuenta de que era muy tarde para eso.—Por favor Eletta, ¡Detente! No es lo que estás pensando, has malinterpretado todo, déjame explicarte.Ella negó enérgicamente con la cabeza.—No Paul, no tienes nada que explicarme, todo quedó perfectamente claro, estás en todo tu derecho de vengarte de la persona que humilló públicamente a tu prima, a la que quieres como hermana —una tenue sonrisa con un deje de tristeza en su mirada se dibujó en su rostro—, quizás debería agradecerte que por lo menos no me hayas expuesto en una calle, en un centro comercial, o en las redes sociales, como seguramente habría quedado perfecta tu venganza —dijo con amargura—, no te preocupes, no te juzgo, pero como había decidido, no hay razones para seguir aquí…—Espera
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