Durante la noche, Cecilia tiene la compañía de sus damas y sus fieles custodios, quienes no se separan de ella, mientras en la mansión de Isaac, este está practicando tiro, porque sabe que Alejandro es un maestro de las armas de fuego, y él no quiere terminar muerto; no piensa dejarle el camino libre a Juan Andrés…-Hijo, tienes que irte a dormir, y descansar un poco-Madre…-Hijo, debes entender que hiciste mal ¿amenazar a Doña Cecilia?-No sé qué más hacer, madre…no quiero perderla ni a mi hija-Hijo, pero pusiste en riesgo su nuevo embarazoIsaac suspira resignado – nunca debí haberle hecho daño para empezarJimena apenas mira a su hijo, como toma su arma y dispara acertando a la botella de vino.Al amanecer los dos hombres están en el jardín real, ambos vestidos de forma elegante y con sus padrinos, Cecilia y Aurora están mirando el encuentro al igual que Jimena quien ha ido para ver a su hijo.-Bien caballeros, contaré hasta diez…y ustedes se alejarán diez pasos el uno del otro…y
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