Al cabo de unas semanas, el coche llega a Madrid, Cecilia ve la devastación de la ciudad, los enfermos abandonados, familia destruidas, cadáveres pudriéndose en las calles, como dijera Alfonso en sus cartas es el peor brote de viruela que ha tenido España en los últimos cien años, quienes intentan acercarse para pedir ayuda a la reina son alejados por los guardias, pero no sin antes recibir la promesa de Cecilia de enviar médicos, agua y alimentos para ellos.Cecilia llega al palacio, y lo primero es hacerla tomar un baño, y quemar sus ropas, cuando estuviera lista ella literalmente corre hacia la habitación de Alfonso donde este, está descansando pues las pústulas en su rostro han comenzado a reventar, señal de que la enfermedad está en la última etapa…-¡Alfonso! – mientras corre hacia su esposo en cama- ¿Cecilia? ¿Qué haces acá?-Vine a verte, por favor dime ¿Qué fue lo que pasó?-El padre de Ana de Urriaga, se me acercó en la calle, empezó a toser frente a mí…- ¡Maldito! – empez
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