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Todos los capítulos de ¡NUESTRA ALIANZA MATRIMONIAL!: Capítulo 141 - Capítulo 144
144 chapters
Enemigos ocultos - Parte II
OliviaEnzo se quedó con nosotros hasta pasada la media noche, pero se tuvo que ir ya que Salvatore lo llamó indicándole algo sobre una carga lista.Sé que no ha dejado de trabajar, y la mafia es lo que más problemas le da. Quería recuperarme rápidamente para poder salir de aquí y así poder ayudarlo.La doctora Clara me dijo que para la tarde de hoy, ya me daría de alta porque esperarían mis resultados de mis últimos análisis, me la vi muy mal en el parto y posiblemente me queden secuelas.Miré la hora en mi celular y me fije que eran las dos de la mañana, me aseguré de que Ezio estuviera profundamente dormido y fui a la puerta a buscar a Alexa para que se quedara al pendiente mientras me duchaba, porque apestaba a leche materna.Cuando abrí la puerta, me vi rodeaba por mas de diez hombres y mujeres que estaban a mi disposición, todos se alertaron cuando me vieron, pero les hice seña con una mano para darles a entender que estaba bien. Habían muchos de ellos, y sé que allá afuera hay
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Era lo evidente - Parte I
EnzoCorte la llamada que tenía con Alexa donde me informaba que mi mujer había sido dada de alta, y no hay nada que me alegre más que eso, es mejor tenerla en casa que fuera de ella y lejos de mi, y aunque tuviera cientos de seguridad a su alrededor no me quitaba la preocupación.Era un paso más adelante, me quedaba el resto de los pasos.Uno de esos era ir a la fortaleza para hablar personalmente con mis cuñados, más con el mayor, el cuál quiero formar para que tome el lugar de la Bratva, sé que Olivia pondrá sus restricciones pero si ellos vienen a vivir con nosotros sí o sí deben saber defenderse, porque no estamos en un buen momento en la Mafia.Me refiero a la parte de la seguridad, porque en el dinero, cada día vamos creciendo y más por la producción de mi veneno que es un arma mortal que por las mismas drogas.Mi padre me enseñó a no preocuparme por otros que no fuera por mi o por mi familia, y eso es lo que hacía, podrán llamarme monstruo o lo que quieran, pero no era de mi i
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Era lo evidente - Parte II
Olivia Hogar dulce hogar. No es la fortaleza, pero es fuera de la clínica y con eso estaba bien. A lo que entré a la mansión fui recibida por todo el personal de la casa, super alegres por nuestra llegada. Había un cartel de bienvenida y muchos detalles en colores azules, estaba totalmente feliz por recibimiento pero Enzo nos llevó a nuestra habitación indicando que debía descansar y es la verdad, en la clínica se me hizo imposible descansar y más porque Ezio tenía un horario complicado. Le diría adiós a dormir como morsa, mi hijo me necesita y debo acostumbrarme a sus horarios y yo ir arreglandolos. Cuando llegamos, él tomó al bebé en brazos y lo llevó a la cunita que había instalado justo en mi lado de la cama, quedaba bajita y sabía que no tenía que hacer esfuerzos para tomar a mi bebé. Mi cuerpo sigue débil, y el moverme demasiado me agota de sobremanera, y sumando a los puntos internos que tengo en mi vagina luego del parto, imagínense. —¿Quieres cambiarte de ropa?
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Era lo evidente - Parte III
OliviaMe desperté de golpe al escuchar el llanto de mi hijo, y cuando me fije en él, me di cuenta que Enzo lo tenia en sus brazos mientras lo mecía para calmar su llanto.Enzo se encontraba aun en bóxer y me daba la espalda mientras le hablaba a nuestro hijo en la voz más baja y dulce que le había escuchado ahora.—Mami necesita descansar, deja los berrinches.Bueno, eso no fue tan dulce, pero me sacó una sonrisa burlona.Es la primera vez que lo veo teniendo más paciencia de lo normal, y eso me hace sentir orgullosa de él.Me levanté de la cama sin hacer ruido y fui directamente a donde se encontraban, Enzo lo tenia cargado con un solo brazo y con la otra mano le daba caricias en su pequeño rostro. Fue inevitable que mis ojos se cristalizaran al verlo así tan unido a nuestro bebé, y más porque Ezio se quedó tranquilo al sentir el calor de su padre.—Mis hombres, —le dije en un susurro a su lado.Enzo se exaltó por un momento y volteo a mirarme con una sonrisa en su rostro.—Deberías
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