Mientras aprieta la almohada por el dolor y sus lágrimas se deslizan silenciosamente, está ella, queriendo soportar estar con un lobo que no es su mate, sus tripas se retuercen mientras las ganas de huir la atacan. Escucha el gemido que le parece horrible en su espalda mientras sus paredes vaginales se contraen cada vez que él lo hace duro buscando la forma de hacerle daño y que sienta dolor, pero el celo estaba tan cerca y su deseo sexual con él aumentaba mucho.Después de que terminó y ella fingió correrse, acabaron. La obligó a bañarse con él y era difícil para ella no evitar el rechazo, no lo quería cerca, su aliento, su calor, incluso su voz era repugnante. Ahora entendía por qué Vael actuaba tan extraño, ahora entendía por qué un día sí, pero otros no. Entonces entendía tantas cosas, incluso el porqué de no querer estar con ella, como se debía, por qué tal vez este maldito que poseía su cuerpo se empezaba a adueñar de él.Por eso el último beso que salió de sus labios fue tan de
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